La Marea Roja ha respondido. Que el seguimiento social del que se ha hecho acreedor el CAI ha alcanzado un grado histórico es indudable cuando se hace balance de la segunda temporada de vida del equipo. Derrotado en las semifinales por el Granada, y condenado a elaborar un tercer proyecto para la LEB, el club aragonés ha cerrado la campaña 2003-2004 con unas cifras extraordinarias de asistencia al pabellón Príncipe Felipe, el mejor síntoma de su buena salud. 176.140 personas han acudido a lo largo de nueve meses a ver al CAI en casa, lo que supone una media de 8.387 espectadores.

La cifra, fría en sí misma, adquiere todo su relieve cuando se contextualiza. El seguimiento que ha obtenido el CAI en la Liga LEB, la Segunda División en España, le ha alzado hasta el cuarto puesto en el ránking europeo. Sólo el Adecco Estudiantes (10.516), el Tau Cerámica (8.815) y el Unicaja de Málaga (8.465), todos ellos de la ACB, superan el registro logrado por el equipo que preside Javier Loriente. El Pamesa de Valencia (8.209), el Scavolini de Pésaro italiano (6.487), el Barcelona (6.400), el Caja San Fernando (6.390) o el Alba Berlín (5.995) están por detrás.

Durante la Liga regular (17 partidos), el CAI Zaragoza ha conseguido reunir a una media de 7.853 personas y ha superado los 8.000 espectadores de forma habitual cuando los encuentros se disputaron en viernes. En los partidos de entre semana o en domingo, la media de público descendió, como se pudo apreciar contra el Gijón, Tarragona, Huelva, Los Barrios, La Palma o Inca.

En los playoffs de ascenso a la ACB, el interés se disparó. Tanto es así que contra el Plasencia y el Granada, el Príncipe Felipe registró casi un lleno. Fue en los cuartos de final cuando más gente acudió a ver al CAI, que logró su récord particular en el tercer partido de cuartos con 10.903 personas. Ante el Granada, la cifra descendió casi de forma simbólica, pero bajó (10.544 y 10.506 en los dos encuentros de semifinales). Con este aval, el club ya trabaja en la construcción de su tercer proyecto que, por seguimiento, exige el ascenso a la ACB.