Agapito Iglesias, accionista mayoritario del Real Zaragoza SAD, apenas ha despertado expectación entre la afición zaragocista en su reaparición en un acto público al tener que declarar hoy como imputado en la Ciudad de la Justicia de la capital aragonesa dentro del caso Plaza.

La presencia para declarar en los juzgados zaragozanos del dueño del club aragonés, que compareció públicamente por última vez en diciembre de 2012 en la asamblea general del Real Zaragoza, ha congregado a menos de un centenar de seguidores del equipo maño ante la vigilancia de media docena de furgones de la Policía Nacional.

Agapito Iglesias ha prestado declaración como imputado en el Juzgado de Instrucción número 1 de la capital aragonesa que investiga presuntas irregularidades en la construcción y desarrollo de la Plataforma Logística de Zaragoza (Plaza) por un supuesto pago de facturas falsas.

Los aficionados han esperado a que el empresario soriano abandonase el edificio Fueros de Aragón, donde ha permanecido casi cuatro horas y media, para increparle por la gestión que está realizando de la entidad futbolística que en la actualidad está en Segunda División.

El grito de "Agapito hijo de puta" y "Agapito vete ya" ha acompañado al magnate zaragocista el tiempo que le ha costado acceder desde su salida de los juzgados hasta las escaleras del aparcamiento público por donde ha llegado a primera hora de la mañana, en un recorrido de menos de cien metros.

Varias pancartas, entre ellas algunas insultantes, han sido mostradas por los aficionados así como carteles con el lema "Zaragoza sí, Agapito no".

A pesar de que la presencia del mandatario zaragocista era por un asunto ajeno al fútbol, algunos seguidores han manifestado su malestar contra él porque "cualquier circunstancia de Agapito salpica al Real Zaragoza".

Agapito Iglesias, que estaba citado a las 10:30 horas para declarar, ha llegado a las 9:05 sin la presencia de ningún aficionado en los alrededores de la entrada al edificio Fueros de Aragón en los que únicamente había periodistas y policías, además de algunas otras personas ajenas al entorno futbolístico.

La tranquilidad ha presidido la declaración del dueño del club blanquillo, que había levantado expectación en los diferentes foros sociales, y únicamente se ha visto importunada por la algarabía provocada por la llegada y posterior salida de un grupo de más de setenta alumnos de infantil del colegio público Montecanal de la capital aragonesa para visitar el Aquarium de Zaragoza próximo a los edificios de la Ciudad de la Justicia.

La larga espera, tras haber finalizado su declaración, ha provocado la incertidumbre por el punto por el que abandonaría los juzgados y el que los aficionados se hayan movido alrededor del edificio siempre seguidos por la policía.