Jesús García Pitarch aterrizó el pasado verano como director general del Real Zaragoza contratado por dos años por Agapito Iglesias y al poco tiempo de llegar a dicho cargo le propuso al accionista mayoritario de la sociedad la posibilidad de que le cediera la representación política de sus acciones durante esta temporada. Eso hubiera permitido a García Pitarch ejercer de dueño durante este curso, pero el empresario soriano, a pesar de no estar presente en el día a día de la Sociedad Anónima Deportiva (SAD), no accedió a la petición del ejecutivo.

En caso de haberlo hecho, Jesús García Pitarch hubiera tenido las manos libres para nombrar un nuevo Consejo de Administración y para designar un nuevo presidente del club. Para este último cargo el elegido era el exjugador zaragocista Isidro Villanova, que ya tenía de antaño una buena relación con García Pitarch. Ahora, aunque no ejerce, sigue ocupando ese puesto Fernando Molinos, que finalizó su contrato a mediados de junio del año pasado. En cuanto al Consejo, Pitarch hubiera podido prescindir de Francisco Checa, Luis Carlos Cuartero y José Guerra, pero Agapito tampoco veía con buenos ojos la salida de los dos primeros.

El empresario soriano tampoco ha obligado a Jesús García Pitarch a que mantenga en el club a Paco Checa y Luis Carlos Cuartero, que, además de consejeros, son secretario general y responsable del área social del club, respectivamente, pero le ha recomendado que si no es necesario prescindir de ellos que no lo haga. Las relaciones de García Pitarch con Checa y con Cuartero, a los que en este caso hay que unir también a Guerra, no pasan por un buen momento tras la decisión del director general de congelarles el cobro de sus emolumentos hasta junio por los problemas económicos de la entidad. Pitarch también se ha incluido en esa decisión.