Tiene ya 34 años, pero conserva toda la clase y la potencia que le catapultó a lo más alto del tenis mundial. André Agassi fue ayer demasiado rival para un voluntarioso Tommy Robredo, que tomó ventaja al ganar el primer set, pero acabó sucumbiendo ante el poderío del estadounidense, que se clasificó para las semifinales del torneo de Madrid después de un pulso equilibrado (6-7, 6-3 y 6-2).

El marido de Steffi Graff, que ganó hace dos años en Madrid, se ha convertido en la bestia negra de los jugadores españoles: eliminó a Ferrero y Feliciano López en el 2002 y a Robredo en esta edición. El tenista catalán olvidó sus problemas en el hombro para ofrecer resistencia a un Agassi que recurrió a su fortaleza y veteranía para reaccionar en el momento oportuno. Agassi se enfrentará en semifinales al ganador del pulso entre el peruano Horna y el ruso Safin. El croata Ljubicic, que batió al sueco Johansson (7-6, 6-7, 7-6) y el argentino Nalbandián, que eliminó al estadounidense Dent (7-6, 6-3) lucharán por la otra plaza de la final.