Paolo Scalera, Carlo Pernat, descubridor de Valentino Rossi y uno de los managers más importantes del 'paddock' de MotoGP y Matteo Aglio estaban charlando, en directo, en uno de sus múltiples encuentro en la web motociclística gpone.com y, de pronto, apareció en antena, más que en pantalla, su amigo Giacomo Agostini, 15 veces campeón del mundo de motociclismo, mito y líder de todas las clasificaciones a las que aspira el catalán Marc Márquez (Honda) y le abrieron, lógicamente, el micro, invitándole a participar en la charla que, cómo no, giraba alrededor de la última prueba, en el Circuito de Cataluña, realizado por Márquez con una Honda RC213V 'replica', cliente, de calle, con más de 200 caballos, pero no con las prestaciones completas de una MotoGP.

Tanto Pernat como Aglio habían mostrado su convencimiento de que Márquez se presentará, la próxima semana, en el circuito de Losail (Doha, Catar), no tanto para tomar parte, que también, en el primer gran premio de la temporada como para ponerse la segunda vacuno contra el Covid-19. "Es evidente", comentó Aglio, "que si tú haces una prueba tan seria en Montmeló, un circuito completísimo, con todo tu equipo técnico, encabezado por tu ingeniero de pista, Santi Hernández, y, además, seguro, nadie lo duda, con una moto muy mejorada, es decir, casi casi de carreras, es porque ya estás pensando en volver".

La preparación de Márquez

"Yo, desde luego, si fuese Marc (Márquez) viajaría la semana que viene a Catar y reaparecería, sí, pero prometería que voy a quedar el último", comentó Agostini, sin una mueca de risa o broma. "No, no, lo digo muy en serio. Yo creo que tú puedes prepararte muy duro en el gimnasio, como, sin duda, ha estado haciendo estos días Marc, puedes montarte en una minimoto en un karting, puedes pilotar una máquina de 400cc y hasta subirte, como hemos visto en video, en una Honda gorda 'replica' de MotoGP, pero nada de todo eso te sirve para algo muy importante, ¡lo más importante!, que es acostumbrar tus ojos, de nuevo, a la velocidad de 340 kilómetros por hora".

'Ago' cree que eso, el hecho de recuperar los reflejos, la vista, el tacto, el sentido del equilibrio sobre una moto potente, a más de 340 kms/h., "solo se puede conseguir si participas en una carrera, si tomas parte en entrenamientos y en el GP. Pero, eso sí, insisto, Marc debe comprometerse a quedar el último. Por su bien, no ha de intentar ganar, no tiene sentido que lo intente. Marc debe aprovechar la ocasión del primer gran premio para ir recuperando el tacto, la posición, la sensibilidad e, insisto, sobre todo acostumbrar a sus ojos a la tremenda velocidad y aceleración de estas motos en carrera, a un palmo del asfalto".

Nadie sabe qué ocurrirá

Nadie sabe, ciertamente, qué hará Márquez, pero la charla en gpone.com sí confirmó que todo el 'paddock' sabe ya que MM93, el 'Canibal', como le apodan muchos, el 'Marciano', como le llaman otros, está de regreso. Es posible que, como señaló Pernat, la programación de su regreso "que parece una película de Martin Scorsese" haya impresionado a todo el mundo y que, de pronto, aparezca en Losail, el próximo viernes, en la primera sesión del GP de Catar. "Puede ser, pero siempre para probarse", añade Agostini, "nunca para intentar proeza alguna. Insisto, ha de prometer que quedará el último".

Es evidente que, conociendo todos los presentes a Marc Márquez Alentá, la duda está siempre presente, aunque el campeón de Cervera (Lérida), ha reiterado, en los últimos meses, que tanto la lesión, como sus tres intervenciones, especialmente la última en su húmero derecho, que duró 11 horas, como el duro proceso de rehabilitación, "me ha enseñado que hay muchos grandes premios y solo una vida". Desde su caída en Jerez y la fractura del húmero derecho a subirse a una minimoto, de nuevo, pasaron ocho interminables meses.