El gran protagonista de la noche seguía en una nube al terminar su homenaje, cansado y satisfecho por haber concluído con éxito la fiesta en la que había trabajado tanto tiempo y por comprobar que sigue contando con el mismo carisma de siempre entre sus compañeros y entre la afición. "Ha sido la noche más grande que he pasado aquí", dijo rotundamente Xavi Aguado, todavía emocionado porque todo había salido bien y, como él, habían recibido un "merecido adiós Juan Señor, Pablo Díaz y todos los jugadores que ganamos la Recopa".

Aguado se reencontró con sensaciones ya olvidadas, como vestirse de corto con la camiseta del Zaragoza y saltar al césped de La Romareda. "Ha sido muy emotivo porque no jugaba desde febrero del 2002", recordó el eterno capitán, que se mantuvo con bastante entereza durante toda la noche, pese a las continuadas muestras de cariño que iba recibiendo. "Me ha costado, pero creo que he estado a un nivel aceptable", apuntó Aguado con una sonrisa. Una vez desterrados todos los nervios, el seis se permitió incluso bromear sobre su estado de forma. "De corto me he visto bien, como para seguir jugando", comentó entre risas, añadiendo con más seriedad que se había encontrado mejor de lo esperado y confesando que había hechado mano de la veteranía para solventar la situación.

Respecto al partido, Aguado lamentó que, finalmente, el Dream Team del Fútbol Club Barcelona no hubiera podido acudir a la cita, pero consideró que ese hecho no restó emotividad al acto, al que sí pudieron acudir muchos otros amigos invitados por el capitán. "Ha sido una lástima, porque al final hemos tenido que enfrentarnos a un equipo que tenía muchos jugadores todavía en activo. Si hubiera venido el Dream Team, hubiéramos ganado", señaló Aguado.

TODOS CONTENTOS "Poder disfrutar de los compañeros, de la ciudad, de la gente, siempre es un gusto", comentó Fernando Cáceres, que se quedaba sin palabras al intentar definir a Xavi Aguado. "Es muy difícil explicar todo lo que ha significado, lo que ha aportado al club y a la ciudad. El suyo es un caso muy especial", señaló el central argentino, que recordó a su pareja en el eje de la defensa como un gran compañero dispuesto siempre a ayudar a todo el mundo, un carácter que, en opinión de Cáceres, es la causa por la que tanta gente quiso estar presente en la fiesta de anoche.

Hablar de Recopa es hablar, inevitablemente de Nayim. Por eso Gigi se llevó también buena parte de los aplausos de la noche. "Ha sido muy bonito, muy emotivo, una despedida digna de un auténtico campeón como Xavi", dijo el ceutí tras recordar los buenos momentos vividos en La Romareda. "La verdad es que he sentido sensaciones un tanto extrañas, porque ves que ya no tienes la fuerza suficiente como para jugar bien al fútbol pero siempre quieres agradar al público", explicó Nayim sobre su aportación en el encuentro.

"Volver a La Romareda y poder jugar con estos compañeros siempre es especial", comentó Gustavo Poyet, otro de los ídolos del equipo de 1995, que ultima su fichaje por un equipo de Qatar. "Al entrar al vestuario nos hicimos bromas, de quién corría y quién no", reveló el uruguayo. "Lástima que no hayamos podido marcar ningún gol para hacer alguna celebración especial, alguna broma", añadió Poyet, que quiso destacar la enorme personalidad de Aguado y la indeleble huella que dejó en todos los que le conocieron. "Ha tenido que ser Xavi quien nos reuniera a todos de nuevo. Yo tuve que dar media vuelta al mundo, pero por un amigo como él, merece la pena y todo es poco", concluyó el centrocampista.