Al 50% de su rendimiento óptimo, en sólo dos partidos de Liga, el CAI Zaragoza ya ha dibujado con nitidez el perfil de equipo que es. Un grupo de jugadores con talento ofensivo, que juega siguiendo los esquemas de la pizarra de Oscar Quintana y cuyo nivel defensivo dará las claves de su estado de salud en cada momento de la temporada. En las dos primeras jornadas, saldadas con una victoria y con una derrota, el CAI ha enseñado sus cartas y enseguida ha dejado boca arriba una de ellas.

El equipo aragonés tiene problemas en el rebote, sufre en la pintura y ha visto como se le ha abierto un agujero bajo el aro. Ahora mismo, ocupa el decimotercer lugar en el ránking de rebotes por equipos de la Liga LEB con 55 capturas (ver gráfico), muy lejos del Polaris World Murcia, el más sólido en este apartado (81), y del Gijón (79), su inmediato perseguidor.

El rebote defensivo

Por debajo del CAI sólo se han situado en este arranque de competición el Tarragona (54), el Ourense (54), La Palma (53), Algeciras (47) y Los Barrios (32). La recuperación del rebote defensivo, en donde el equipo ha mostrado una mayor debilidad por el momento, es un ingrediente fundamental para que el CAI pueda poner en práctica el juego que pretende su técnico: fuerte defensa, rebote poderoso y salida al contragolpe para conseguir canastas fáciles.

El diseño de la plantilla, a la que todavía le falta un cuarto pívot, ya dejaba entrever esa pequeña laguna. Brown (cinco rebotes de media) y Reynolds (cinco también) son el pilar básico sobre el que el CAI ha de edificar su rebote, junto con la contribución de Cilla (seis por partido). Sin embargo, la poca aportación en este apartado de Asier García (2,5 capturas) por sus características ha desvelado un problema que el equipo tendrá que solucionar.