Aitor Kintana, corredor del modesto conjunto LaBarca-2, dio positivo por EPO en un control sorpresa de la Unión Ciclista Internacional (UCI), que se le efectuó en Barcelona, el 21 de junio, un día antes de que finalizara la Volta a Cataluña. Kintana, que está a la espera del contraanálisis, dio la campanada en la ronda catalana al adjudicarse, contra pronóstico, la victoria en la etapa reina, en Andorra. Aquel ha sido el único triunfo de esta temporada del conjunto vallisoletano, que se formó a principios de año bajo la tutela de Javier Mínguez.

El ciclista, como suele ser habitual, proclamó ayer su inocencia y cuestionó el control, ya que defendió que pasó sin problema otro análisis, que se le efectuó tres días antes, al imponerse en la etapa reina de la Volta. "El precio personal de saberme injustamente tratado ya lo estoy pagando", declaró. La diferencia está en que el control que se le efectuó en la meta de Els Cortals d´Encamp, en Andorra, fue ordinario y sólo se buscaron sustancias prohibidas de uso corriente, como anabolizantes o estimulantes.

CONTROL RIGUROSO En cambio, el análisis realizado el 21 de junio, por sorpresa y sin aviso, tuvo como única finalidad buscar EPO. Este análisis de orina, mucho más costoso, fue realizado por inspectores médicos de la UCI, al margen de los designados a la Volta por la propia federación, que viajaron a Barcelona para tomar las muestras. Lo pasaron otros tres corredores: José Antonio Pecharromán, vencedor de la carrera; su compañero del Paternina, Jorge Ferrio, e Iñigo Landaluce, del Euskaltel, que no presentaron anomalías.

La UCI comunicará posiblemente la próxima semana el nombre del corredor que dio positivo por EPO en el Tour, del que sólo se sabe que es un ciclista de segunda fila, que abandonó y no destacó en la ronda francesa.