Édgar Méndez metió al Alavés en la primera final de la Copa del Rey de su historia al anotar el gol del triunfo ante el Celta en la recta final del choque de vuelta de semifinales. Mendizorroza, que durante todo el partido llevó en volandas a su equipo, se convirtió en una fiesta tras el pitido final, no sin sufrimiento por los seis minutos de añadido. Esta será la segunda final de su historia después de que llegara la de la Copa de la UEFA hace 16 años.

El Alavés salió con fuerza en los primeros minutos y dio el primer aviso en el minuto, pero Toquero no consiguió rematar en el área pequeña un envío de Ibai que se coló entre la zaga con habilidad. El Celta se estiró en un par de ocasiones y, poco después, Fernando Pacheco desbarató una gran ocasión de Iago Aspas, que recogió un pase de Hugo Mallo y logró rematar por abajo al segundo palo, pero la estirada del guardameta albiazul impidió el primer gol gallego.

Tras la salida en tromba del Alavés, el conjunto de Berizzo se asentó en el terreno de juego y creó problemas a los locales con su presión, a la vez que llevó el murmullo a la grada cada vez que se aproximó a la frontal del área alavesista. Reaccionaron los locales con una buena ocasión de Ibai Gómez, que estuvo cerca de abrir el marcador al lanzar una falta quese fue rozando una escuadra de la meta de Sergio.

Iago Aspas, en el minuto 26, recogió un mal despeje de Feddal y desde fuera del área, en una posición escorada, buscó superar a Pacheco por arriba, pero el remate se fue por poco por encima de la portería.

En la reanudación, el Alavés volvió a repetir la salida que tuvo al comienzo del partido, cuando metió atrás al Celta con un fuerte arranque, aunque los gallegos lograron frenar el ímpetu de los locales. A pesar de todo, el Alavés creó peligro con tres saques de esquina consecutivos lanzados por Ibai, que estuvo cerca de convertir un gol olímpico y gracias al empuje de Deyverson.

Los de Berizzo lo intentaron en el minuto 76 con un balón colgado por Radoja que cabeceó Wass muy al centro y que atrapó Pacheco con comodidad.

Mauricio Pellegrino dio entrada a Édgar Méndez en lugar de un trabajador Toquero y el primer balón que tocó el futbolista albiazul fue para poner el 1-0 en el marcador, tras recoger el balón en el área y superar a Sergio tras un recorte a la defensa celtiña.

El técnico del Celta hizo saltar al campo a Guidetti y Rossi en un intento desesperado de conseguir el empate, pero el Alavés se mostró sólido y la zaga local rechazó los intentos de disparo de los jugadores gallegos.

El propio Édgar Méndez cayó lesionado en los seis minutos de tiempo añadido que dio el colegiado, Mateu Lahoz, y aunque el Celta colgó varios balones, no pudo lanzar a puerta. En la recta final, Camarasa pudo sentenciar en un contraataque, pero el meta visitante desbarató el mano a mano, lo que no impidió que el Alavés se metiera en la su primera final de Copa y llevara el delirio a la hinchada.