Empezó su camino a profesionales en la cantera del Barcelona y contra los azulgrana se despide mañana Alberto Val. El pivote de Casetas anunció ayer el punto y final a dieciséis años en la élite para emprender una nueva vida laboral. Ha aprobado unas oposiciones y será policía local en Binéfar. Este miércoles vestirá por última vez la camiseta del Bada Huesca, que ha defendido las cuatro últimas temporadas, para enfrentarse a los azulgranas en la tercera jornada de la segunda vuelta de la Liga Asobal.

Alberto Val nació en Casetas hace 34 años y empezó a jugar a los seis en el club de la localidad zaragozana porque era el deporte que practicaba toda su familia. Su imponente altura (2,08 metros) le ha hecho destacar siempre, irremediablemente. Durante muchos años fue el techo de la Liga Asobal. El FC Barcelona de Valero Rivera se fijó en él y lo captó para su cantera.

En el 2005 llegó al recién ascendido CAI Aragón y, a la temporada siguiente, se marchó al Torrevieja de Manolo Laguna, donde estuvo cuatro años. Regresó al Balonmano Aragón, se fue al Constanta para ser campeón de Rumanía y regresó una vez más a Zaragoza, donde vivió buena parte de la agonía final del club. También estuvo en el Al-Arabi de Catar y en el Naturhouse La Rioja, de donde llegó al Bada Huesca en el 2016.

«Llevaba ya tiempo preparándome para este momento, el club era consciente de ello y ha puesto todas las facilidades entendiendo la situación», señaló el pivote sobre los últimos meses en la entidad altoaragonesa. Val preparó y aprobó las oposiciones y será policía local en Binéfar. Dejará la élite pero no el balonmano, ya que pretende continuar en el BM Casetas, donde dirige al equipo de Segunda Nacional, y seguir vinculado al campus que organiza cada verano la federación aragonesa. Ayer se despidió en Huesca rodeado de todos sus compañeros. Después se cambió y se puso a entrenar. Mañana le espera el Barcelona a las 20.30 horas.