La primera gran sorpresa del Mundial de Rusia llegó en la cuarta jornada. Alemania, la vigente campeona, la selección perfecta que doblegó a Messi en Maracaná y ridiculizó a Brasil hace cuatro años, estrenó la defensa de su estrella con un revolcón ante México (0-1). En el estadio Luzhniki, el mismo que acogió la inauguración y albergará la final del 15 de julio, la poderosa selección de Joachim Löw sufrió un revés. Le quedan los duelos ante Suecia y Corea para resarcirse de ese tropiezo, pero corre peligro de tener que volver a casa a las primeras de cambio, lo que sería un fracaso sin paliativos.

Las lágrimas de los entusiastas mexicanos que abarrotaron el estadio moscovita eran clarificadoras. Lloraban de emoción. Su selección, siempre generosa y solidaria, se impuso a ese bloque que parecía indestructible hace cuatro años. Pero el fútbol no tiene memoria, el tiempo pasa y solo vale el presente. Alemania, pese a seguir siendo una excelente formación, ha perdido referentes en su equipo inicial como Lahm, Schweinsteiger y Klose. Otras de sus estrellas están o rondan ya la treintena. Es el caso de Hummels, Boateng, Özil y Müller. La campeona se ha hecho mayor, pero nadie debería enterrarla. Ni mucho menos. Ahí, el espíritu alemán es mucho más que una garantía. En todo caso, el desafío de repetir título, algo que no se logra desde Brasil en 1958 y 1962, se ha puesto cuesta arriba.

El ‘Canta y no llores’ retumbó ayer por toda la capital rusa. ¡Qué afición tan maravillosa es la mexicana! Más de 40.000 aficionados acompañaron al Tricolor. Conectaron bien con los germanos conformando una fiesta total de colorido y buen rollo, un ejemplo de lo que debe ser siempre un partido de fútbol.

DEMASIADOS ESPACIOS

En el césped jamás se amilanó el combinado centroamericano. El profesor Osorio planteó con inteligencia el partido y encontró una mina en el carril derecho germano. Kimmich se vio desbordado. Müller, más pendiente de caer al centro en busca del gol que de ayudar al lateral, tampoco le asistió demasiado y el eléctrico Hirving Lozano se creció por esa zona. Los centrales también sufrieron mucho durante todo el partido con los balones a la espalda.

Los mexicanos se olvidaron de los jaleos previos a la cita mundialista, incluido un escándalo sexual que agitó al país con una juerga con prostitutas publicada por varios medios, y jugaron con su entusiasmo de siempre. También con frescura, lo contrario que Alemania, que se limitó a buscar el disparo lejano por su falta de clarividencia.

No se había cumplido ni un minuto cuando Boateng tuvo que cruzarse milagrosamente para evitar el tanto de Lozano. Más puntería tuvo después el extremo del PSV Eindhoven, que recortó de forma magistral ante Özil y causó el éxtasis en las gradas al batir a Neuer. Los gritos de «Chucky, Chucky», apodo con el que se conoce al jugador, llegaron hasta América.

Alemania reaccionó con una falta al larguero de Kroos tocada también por Ochoa (m. 38), pero la campeona estaba espesa. Suerte tuvo que el Chicharito, siempre mejor en el remate que a la hora de combinar, se confundió en un contragolpe y envió un melón a Vela cuando lo tenía todo a favor para batir a Neuer. En el tramo final, México resistió el ataque alemán y ganó.

Goles: 0-1, m.35: Hirving Lozano.

Árbitro: Alireza Faghani (Irán). Mostró tarjetas amarillas a los mexicanos Héctor Moreno (m.40) y Herrera (m.90); y a los alemanes Müller (m.83) y Hummels (m.84)

Espectadores: 78.011.Incidencias:

Alemania: Neuer; Kimmich, Jerome Boateng, Mats Hummels, Plattenhardt (Mario Gómez, m.79); Sami Khedira (Marco Reus, m.60), Toni Kroos; Müller, Mesut Özil, Julian Draxler; y Werner (Julian Brandt, m.86).

México: Ochoa; Salcedo, Ayala, Héctor Moreno, Gallardo; Herrera, Andrés Guardado (Rafa Márquez, m.74); Miguel Layún, Carlos Vela (Álvarez, m.58), Hirving Lozano (Raúl Jiménez, m.66); y Chicharito Hernández.