Alemania se enfrenta hoy a una situación inusual. Las cifras demuestran que la actual campeona es la selección más fiable de la historia. Jamás ha caído en la primera fase de un Mundial desde 1954 y no se baja del podio desde el 2002. Pero tampoco perdía un partido inaugural desde España-82. Nueve citas después se quebró la racha ante México, una derrota que ha convertido el pulso contra Suecia en una final. Otro batacazo supondría una humillación sin precedentes.

No desea Alemania pasar por la zozobra que azota en estos momentos a Argentina. El coloso germano se agrieta pero aún no está en llamas. Depende del duelo contra los nórdicos, que ya doblegaron a Corea. Sin Ibrahimovic, pero aupados un grupo unido y rocoso, los hombres de Janne Andersson dejaron fuera a Holanda en la fase de clasificación y tumbaron a Italia en la repesca. La tetracampeona no está en Rusia por su culpa.

Críticas a Özil

Löw pretende calmar los ánimos y recuperar el buen camino con un reparador triunfo en Sochi. No le han gustado las críticas al técnico, que considera que se está olvidando demasiado pronto lo que ha logrado esta selección. «Perdimos contra México. Cierto. Pero no debemos tirar por la ventana los éxitos de los últimos años. No debemos dudar de nuestro estilo de juego. Si el equipo muestra su talento ganaremos», señaló el seleccionador.

Sabe el técnico que faltó chispa contra los americanos y se prevé algún retoque en la alineación. Khedira, criticado por su lentitud, podría dejar su puesto a Gundogan mientras que Reus, el excelente jugador del Dortmund, sería la baza para agitar un ataque demasiado previsible. Atrás se prevé que Hector ocupe el lateral zurdo, mientras Hummels tiene difícil jugar por unas molestias cervicales.

«La presión es enorme. No podemos fallar», resumía Thomas Müller, uno de los veteranos que triunfo en Maracaná en el 2014. Otros antiguos campeones del mundo, como Breitner y Matthäus, critican la indolencia y apuntan directamente a referentes como Özil. «No tengo ningún problema con que no cante el himno. Eso depende de cada jugador, tenga raíces alemanas, turcas o africanas. Pero me enfureció que no saludara a los aficionados en las gradas. Es como si no quisiera jugar con Alemania», disparó el antiguo centrocampista, que estuvo en cinco mundiales.

La maldición del campeón

Löw debutó como seleccionador en agosto del 2006 precisamente en un amistoso ante Suecia que acabó con victoria germana (3-0). Este sábado se pone a prueba ante el mismo rival después de un fantástico trabajo en la selección. «¿Por qué voy a dudar de mis jugadores? Es difícil mantener el apetito para repetir hazañas y éxitos. España no lo consiguió hace cuatro años, pero si ganamos a Suecia volveremos a la carrera. Veo a mis hombres con la máxima motivación», remarcó el técnico.

Para los más supersticiosos queda la estadística que refleja la maldición que persigue a los últimos campeones. En el siglo XXI el defensor del título fue eliminado en la fase de grupos en su siguiente participación en tres de los cuatro Mundiales: Francia (2002), Italia (2010) y España (2014). Alemania no quiere ser el siguiente. Para eso debe ganar a Suecia.