El Huesca transita por el último tercio de temporada como un funambulista, en el límite entre ese punto en el que ir de cabeza a por el ascenso directo o conformarse con llegar a la promoción en las mejores condiciones posibles. Poco margen de error tenía antes del duelo contra el Extremadura si quería aspirar a la segunda plaza y, tras el empate contra el conjunto de Almendralejo (2-2), menos todavía. No es una alerta roja, pero sí naranja. Hasta ahora El Alcoraz salvaba los numerosos errores fuera de casa, por eso cualquier tropiezo como local duele especialmente y va directo a donde más duele.

El Huesca pudo, a partes iguales, ganar, perder o empatar, porque pasó de todo, pero el destino del encuentro tiró por la calle del medio y repartió los puntos. De todos modos, lo más preocupante en los altoaragoneses fue su fragilidad. Cuajó un encuentro lleno de dudas, de nervios, lejos de su identidad y excesivamente frágil atrás. Le faltó una marcha, se mostró azorado, confundido y desviado del buen rumbo pero, aun así, estuvo cerca de ganar, pero de nuevo al final se escapó la victoria.

El choque transitó entre golpetazos, mínimos detalles y una balanza que se decantó de un lado a otro de forma caprichosa. De una enorme ocasión de Josué Sá de cabeza, solo, y una volea al larguero de Mikel Rico se pasó, sin solución de continuidad, a un tremendo derechazo de Nono a la escuadra que abrió el marcador tras un grave fallo de Josué Sá en la salida de balón.

Los azulgranas se quedaron totalmente noqueados y sin reacción, si bien el Extremadura, aunque olió la sangre, no hincó el diente. Cristian, de volea rechazada por Álvaro, y Álex Alegría, con un cabezazo picado, pudieron dejar el duelo casi finiquitado, pero en el peor momento del Huesca, Ferreiro puso un centro preciso a la cabeza de Okazaki que empató el duelo. Vuelta a la vida.

Otra vez al final

Reaccionó al chute de energía del gol antes del descanso y se vino arriba, aunque sin premio. Raba remató mansa una pared y ligeramente alto desde el centro del campo y Mosquera desvió un pelo su zurdazo desde la frontal.

En la segunda parte, de la nada al todo otra vez. Luisinho cometió un innecesario penalti sobre Álex Alegría, pero Álvaro le adivinó al propio punta la intención y salvó al Huesca. Instantes después, Pedro López fue el único que creyó en un balón rechazado, centró y Okazaki obró una remontada de oro para el conjunto azulgrana.

Pero no todo el campo es orégano. Los oscenses dieron el tradicional paso atrás tras verse por delante en el marcador, jugaron con fuego y se quemaron. El primer avisó fue salvado por el VAR en una falta lateral rematada a gol de Lomotey, que estaba adelantado por escasos centímetros. Después, Álvaro se metió en un jardín al esperar demasiado para despejar y casi acaba el rechace dentro y, al final, llegó el castigo con un cabezazo de Álex Alegría. Pudo vencer el Huesca en un arreón final, pero Casto salvó una tremenda ocasión franca y en el área de Rafa Mir, así que al final un empate que sabe a muy poco, pero pudo ser peor.

Ficha técnica:

2- Huesca: Álvaro Fernández, Pedro López, Josué Sá, Pulido, Luisinho, Mosquera, Mikel Rico, Juan Carlos Real (Rafa Mir, m.60), Ferreiro (Sergio Gómez, m.84), Dani Raba (Mboula, m.76) y Okazaki.

2- Extremadura: Casto, Ale Díez, Fran Cruz, Borja Granero, Bastos, Lomotey, Sergio Gil (Álex López, m.75), Nono (Pastrana, m.65), Cristian (David Rocha, m.92), Óscar Pinchi y Álex Alegría.

Goles: 0-1, m.17: Nono. 1-1, m.29: Okazaki. 2-1, m.64: Okazaki. 2-2, m.88: Álex Alegría.

Árbitro: Sagués Oscoz (C. Vasco). Amonestó a Mikel Rico, Luisinho, Pulido, Nono, Cristian y Lomotey.