Mandó César Alierta, presidente de la Fundación Telefónica y uno de los impulsores de la Fundación Zaragoza 2032, un mensaje de tranquilidad con respecto al futuro del club aragonés. «Yo soy bastante optimista, todo se va solucionar pero no lo voy a contar», aseguró en un acto para la presentación de Aragón Open Future, poniendo el énfasis en el ascenso a Primera como necesidad vital para la supervivencia económica de la entidad zaragocista. «Lo único que tenemos que hacer es subir el año que viene a Primera. ¿Lo podemos hacer? Sí. En eso estamos. Como se sabe, en la vida de los errores se aprende bastante y, a partir de hoy, no tenemos que cometer los errores que se han cometido antes».

Es evidente que el retorno a Primera supone un salvavidas para el club, ya que la realidad es muy distinta en la élite, empezando por los más de 40 millones que percibiría la entidad por derechos televisivos, En la 15-16, en la categoría de plata, los ingresos por TV fueron de 5,68 millones y para este curso están presupuestados unos 7,5, aunque dependerá de la posición final.

El problema es que a 30 de junio de este año el Zaragoza no estará en Primera y le queda un pasito para cerrar su continuidad en la categoría de plata, con una deuda al final de la temporada pasada a terceros de 73 millones, ya que la global era de 84, teniendo en cuenta las aportaciones de la Fundación desde el 2014, cuando la deuda alcanzaba los 107 millones. Ahora, las cuentas de la SAD pasan por cerrar el pasivo al final de esta temporada en menos de 70 millones.

El trabajo en la reducción de la deuda ha sido notable, pero el club busca vías para aligerar esa carga. Una de ellas es la de la entrada de nuevos accionistas a la Fundación. Es decir, de nuevo capital, posibilidad a la que los patronos siempre han estado abiertos, aunque con la idea de aunar esfuerzos con los que llegaran al club para intentar recortar los plazos para retornar a Primera.

La otra pasa por un crédito con una entidad financiera que sirva para pagar la deuda de Hacienda y reducir una losa muy pesada, que la temporada pasada implicó 4,6 millones de euros. En esa operación lleva la SAD trabajando mucho tiempo, sin éxito por el momento.

La deuda histórica con Hacienda está en torno a los 20 millones de euros en estos momentos. Cuando se firmó el convenio singular, en enero de 2015, era de más de 33 millones, de los que 22,6 entraron en el convenio, 7,9 correspondían a deuda aplazada y tres a la incluida en el concurso de acreedores.

LAS CLAVES CON HACIENDA / El Zaragoza, estando en Segunda, tiene que abonar 2,3 millones anuales por el convenio (3,7 en Primera) y unos 130.000 euros mensuales por la deuda histórica, además, claro, del corriente anual. Si el Zaragoza lograra ese crédito sindicado rebajaría de modo sustancial sus pagos anuales y tendría una situación más desahogada, al margen de poder aumentar su límite salarial en su plantilla deportiva, que en este curso ha sido de 5,1 millones para ser el undécimo club en esa faceta en Segunda, situación que dificulta aún más si cabe lograr el ascenso. Rayo, Getafe y Levante, los tres equipos que bajaron el año pasado, han tenido más del doble de límite salarial que el Zaragoza. El Levante ha subido y el Getafe es tercero, tiene casi imposible el ascenso directo, pero va a jugar casi seguro los playoffs de ascenso.

No quiso aclarar Alierta por dónde pasaría la solución que él transmitió en su mensaje de tranquilidad. «Tiene una solución técnica. Les voy a contar una anécdota (dijo a los periodistas). Florentino Perez (presidente del Madrid) y Bartomeu (presidente del Barcelona) me dijeron que en Segunda no es como en Primera y hay que saber buscar jugadores. Todo tiene su especialización. Los jugadores que tienes que buscar para subir a Primera tienen que funcionar. ¿Quién ha funcionado? El Leganés, el Eibar, el Alavés... Claro que lo podemos hacer mejor que el Leganés, pero hay que hacerlo. ¿Se puede hacer? Sí», sentenció.

Alierta, a través de Prado de Altaoja, controla el 27,41% de las acciones del Zaragoza, dentro de la Fundación, que domina el 76,3%, teniendo en cuenta que los otros tres patronos, Carlos Iribarren, la familia Yarza y Juan Forcén, controlan el 16,3% cada uno.