Coche nuevo, viejos fantasmas. Un problema con el flujo de aceite del que nadie quiere hablar mucho en McLaren, envió a Fernando Alonso, de nuevo, al box con solo una vuelta completada en la primera mañana de los ocho días de entrenamiento en el Circuito de Cataluña. «No estamos contentos, pero es solo el primer día», advierte el piloto asturiano, para quien este año no es comparable con el calvario de pretemporada que caracterizó los dos anteriores. Reparada la avería, Alonso pudo dar vueltas.

Puede que no, que, efectivamente, McLaren y Honda hayan dejado atrás los problemas de fiabilidad que marcaron los dos ejercicios anteriores, pero basta un día de entrenamientos para saber que están lejos, muy lejos, de quienes lucharán por el título. Tan seguros están en Mercedes del potencial de su coche, de su fiabilidad, que han programado que sus pilotos se dividan el día (uno por la mañana y otro por la tarde) durante los ocho días de test. ¿La razón? El nuevo W08 es un auténtico avión, y no solo por su rendimiento o velocidad. Lo es, sobre todo, por fiabilidad.

Con la nueva aerodinámica y los neumáticos más anchos, el paso por curva es mucho más rápido que en años anteriores, el esfuerzo del piloto es mucho mayor y, aunque todos los conductores de la parrilla se han preparado a fondo este invierno, se hace difícil que un solo piloto sobrepase las 140 vueltas (dos grandes premios juntos) en una jornada. Así que Lewis Hamilton y Valteri Bottas hacen jornada partida: 79 vueltas para el finlandés por la mañana, 73 para el inglés por la tarde, incluido el mejor tiempo del día para el tricampeón. Con media carga de gasolina, neumáticos con varias vueltas y un circuito poco engomado (tres factores que hacen más lento el coche), Hamilton ya fue capaz de batir el récord de la pole position del año pasado.

Las balas plateadas

Mientras en Mercedes siguen su plan de apisonadora, Ferrari parece seguirles el ritmo en fiabilidad, mientras Red Bull afina el diseño y deja sorpresas para el final de los test, y el Toro Rosso de Sainz sorprende por su estabilidad en la frenada, en McLaren no saben qué ha pasado con su motor. «Fernando no estaba contento esta mañana», explicó Eric Boullier, jefe de McLaren, antes de confirmar que el motor averiado ha sido enviado ya a Japón. «Nadie en el equipo está contento de perder un día y nadie esconde su frustración. Son comprensibles las dudas que tengan los aficionados», reconoce Alonso, pero insiste en que «son ocho días de entrenamientos y las conclusiones las sacaremos el último día».

Y lo poco que ha rodado no le ha servido para analizar el potencial del coche. «Cuando tienes que levantar el pie tres segundos antes de la frenada, cuando, en las curvas a derechas, tienes que girar mucho el volante y a izquierdas no girarlo, todo para comprobar niveles de aceite, de cosas en el coche que están comprobando... te bajas y tienes una buena sensación de volver a pilotar un F-1 después de cuatro meses, pero, en cuanto a lo que pueda hacer el coche, no tengo idea». Alonso descartó un fallo de diseño: «No hay nada dramáticamente equivocado, pero no era el primer día que esperábamos».