Tres de tres. Schumacher y Ferrari asombran en el Mundial. Su exhibición es el mal de otros. El ridículo de Mercedes empieza a preocupar a toda la F-1. El de McLaren hace meses que inquieta pues, el año pasado, malgastaron miles de millones de pesetas al no funcionar su MP4/18. Mientras Ferrari se ríe de la competencia, Coulthard era optimista en Bahrain. "La temporada no puede acabarse sin un triunfo de McLaren". Así va el Mundial para los ricos más ricos: soñaban con el título y ya se conforman con una victoria.

Mercedes compró la fábrica Ilmor de motores hace poco y, entre unos y otros, no se aclaran. Es más, el pasado fin de semana rompieron tres motores. "Debemos de ponernos codo con codo, apretar los dientes y sacar esto adelante como sea", dijo el voluminoso Norbert Haus, director de Mercedes Motorsport.

LIO EN WIILIAMS Sin McLaren, sólo queda Williams-BMW en el horizonte de Ferrari. Y como siempre, en casa del señor Williams, hay un lío de enormes proporciones. Patrick Head, la mano derecha del dueño, está convencido de que remontarán el vuelo. Se fía de su motor BMW y cree ciegamente en la doble quilla diseñada por Antonia Terzi. Eso sí, espera que Williams se aclare con sus pilotos. Juan Pablo Montoya, que ya ha firmado con McLaren para el 2005 --ya debe de estar arrepentido--, duda de todos y Ralf Schumacher se irá, seguro, a Toyota, dicen que por 82 millones de euros (13.644 millones de pesetas) por cinco años.

Sólo Renault y la poderosa Honda intentarán ensombrecer, de vez en cuando, el dominio de la scuderia. "Somos, junto a Ferrari, el único equipo cuyos pilotos han terminado las tres carreras metidos en los puntos", afirmó ayer Alonso al llegar a Montmeló donde rodó un anuncio para Telefónica y hoy entrenará con su coche. "Estamos aún lejos de ellos, cierto, pero nuestro Mundial arranca en Imola, el próximo 25 de abril, donde tendremos ya la primera evolución de nuestro motor".