No es que en una carrera de resistencia de ocho horas importe mucho salir primero o segundo, pero sí indica lo rápido que puede llegar a circular un coche. Y, por supuesto, nadie puede borrar la satisfacción de ser el más rápido. Esas son las sensaciones que inundaron al bicampeón español de F-1, Fernando Alonso, tras conseguir la ‘pole position’ hoy, en la clasificación de Las 1.000 Millas de Sebring (EEUU), y hacerlo, además, reventando todos los récords históricos de este trazado con 1.40.124 minutos.

“Fue una buena vuelta, sentí muy bien al coche”, explicó un exigente Alonso al bajarse de su Toyota en el bacheado trazado de Florida. “Me dejé un par de décimas aquí y allí, así que creo que un 1.39 era posible”. Es la primera vez que Alonso firma una ‘pole’ en el Mundial la supertemporada de resistencia, ya que, o bien el otro Toyota de Kobayashi, López y Conway firmaba el mejor tiempo, o era el compañero de Alonso, Kazuki Nakajima, el encargado de completar la vuelta rápida. "Gracias a la mega vuelta de Fernando lo único que tenía que hacer yo era no fastidiarle y terminar mi vuelta”, explicó el japonés del Toyota nº 7.

El SMP Racing, con Stephane Sarrazin y Egor Orudzhev fue el mejor de los LMP1 privados, con un tiempo promedio de 1:42.730. Por detrás se quedó el Rebellion de Thomas Laurent y Menezes, una décima más lentos que el coche de Sarrazin y Orudzhev. En LMP2, los dos coches de Jackie Chan bloquearon la primera fila. Stephane Richelmi consiguió el mejor tiempo de la categoría.

Curiosamente, este fin de semana, la clasificación del GP de Australia de F-1 arrancará a las 07.00 horas de este sábado en España, apenas dos horas después de que finalicen las 1.000 Millas de Sebring, la antepenúltima prueba del Mundial de Resistencia. “Tengo el interés de cualquier aficionado, pero nada morriña por no estar en Melbourne. estoy donde quiero estar”, asegura Fernando Alonso, en su primer año fuera de la F-1 tras 18 años, y en vísperas de disputar una carrera clave con su Toyota.

El bacheado trazado construido sobre un aeródromo, el Hendricks Army Airfield, fue empleado como base aérea de entrenamientos durante la II Guerra Mundial. Aún conserva las mismas planchas de cemento que albergaron la primera carrera de resistencia de toda la historia de los Estados Unidos, en 1950. “Aquí a veces en América están orgullosos de tener circuitos con historia y muchos baches, pero más que baches parece que está viejo y medio abandonado, pero es parte del show”, añade el asturiano.