La ornitología y la montaña son las grandes pasiones de Juan Carlos Cirera. Esta zaragozano de 39 años es uno de los mejores amigos de José Carlos Pauner y miembro de una cordada compuesta por alpinistas como Javier Pérez, Manuel Ansón, Javier Barra, Javier Serrano o el propio Pauner. "El deporte nos ha unido. Hemos vivido juntos momentos duros, bonitos y emocionantes", afirma el alpinista de Montañeros de Aragón.

Cirera siempre recordará los días en los que Pauner estuvo desaparecido en el Kangchenjunga. "Fueron horas complicadas y duras, pero nos autoimpusimos que Carlos estaba vivo". Cirera se enteró de la aparición de su amigo "camino de Belchite. Mentalmente le animaba a que llegara al campo base. Me agarraba a un clavo ardiendo y creía hasta en la telepatía esos dos días", recuerda el zaragozano. A las cuatro de la tarde del pasado 20 de mayo le dio un toque de teléfono Javier Pérez. "Me dijo que estaba vivo. Yo estaba hablabando con una persona y no le di un abrazo de milagro. Me fui para Zaragoza corriendo".

Cirera es más conocido por sus apariciones en los medios de comunicación como delegado en Aragón de la SEO (Sociedad española de Ornitología) que por sus hazañas alpinísticas. "Es la ONG más potente de España con ADENA y Greenpeace y Ecologistas en Acción. Me gusta tanto un viaje a los focos de biodiversidad ornitológica del mundo como una expedición".

Las expediciones

Con Pauner, Juan Carlos Cirera ha hecho dos expediciones. "La primera recuerdo que fue al Khun, un 7.000 muy bonito del Cachemira. Llegamos a cima Pauner y yo puesto que a Javier Barra le dio un bajón. Cumpliamos el sueño de ir al Himalaya". Recuerda que lo más costoso fue la preparación. "Vendíamos camisetas, hacíamos posters y poníamos dinero de nuestros bolsillos para sacar la expedición adelante".

En el 97 el grupo se planteó subir un ochomil . "Pauner estuvo antes en el Kangchenjunga y ya estaba aclimatado. Con Iñaki Ochoa subieron en dos semanas al Broad Peak". El resto alcanzó la cumbre 20 días más tarde. "El Broad es una montaña muy vertical, en pocos sitios tienes reposos. Desde los 4.500 metros, cualquier caída te lleva al vacío".

Cirera siempre ha tenido claro que no le interesaba la carrera de los 14 ochomiles. Cirera está casado y tiene dos niños. "A mi mujer no le hace mucha gracia que me vaya al Himalaya. Pero me conoce y sabe que es importante para mi. Cuando me conoció sabía que en el lote entraba que era montañero". Pero Cirera quiere hacer, al menos, dos o tres ochomiles asequibles. "No quiero meterme en un berengenal, sino hacer una montaña en la que me sienta seguro y la disfrute". Cirera asegura que iré "a un ochomil de la gama baja o incluso el Everest, que no tiene complicaciones técnicas".

Como ecologista y amante del Pirineo, este alpinista de Montañeros de Aragón afirma que "el mayor problema de esta macizo será la presión turística si no se gestiona de manera conveniente". Para Cirera, "los espacios protegidos deben compatibilizar el uso turístico y el montañismo con la conservación de los valores naturales. Es imprescindible una regulación y llevar a cabo limitaciones", afirma Juan Carlos Cirera.

Algunos piensan que la cordada capitaneada por Pauner es la digna sucesora de la que llevó a Peña Guara al K-2 y al Everest en los noventa. "La época dorada del club oscense se acabó por las circunstancias trágicas. Pero hay gente joven que hace mucha actividad en Huesca". Cirera considera que hay un relevo que "encabeza Pauner y esto beneficia al colectivo de montañeros".

Cirera hizo su primera salida a la montaña con 15 años y subió el Tucón Royo, en Formigal y escaló en Morata. "Hace veintitantos años que nos fuimos conociendo todo el grupo. Primero me hice amigo de Javier Barra en la sección de montaña de Agustinos. Después estudiamos Veterinaria y la relación se consolidó". Barra estudió en el Instituto Goya con Pauner y "ya coincidimos con José Carlos. A partir de ahí escalamos en roca, en hielo, en los Pirineos y en los Alpes".