El Pichichi de Primera División no es un delantero, sino un central. La primera jornada, en la que Alvaro Maior desplegó su ambición más furiosa para conducir al Real Zaragoza a la victoria y al liderato, se cerró con el brasileño a la cabeza de los máximos realizadores del campeonato. De cabeza vinieron precisamente sus dos valiosas dianas. Saltó por encima de la defensa del Getafe y, de paso, a esta fama que le ha llegado y que no es nueva: siempre que marca el conjunto aragonés gana. "Me alegra lo de los goles, pero prefiero tener la fama de un buen defensor. Es mi posición natural y es donde deseo hacer bien mi trabajo", puntualiza el futbolista.

No le interesa en exceso la púrpura particular, sino el éxito colectivo. "Aparte de los goles que he hecho, lo fundamental es que todo el equipo está funcionando muy bien. Los nuevos están aportando grandes cosas y esto es muy positivo". Al finalizar el pasado curso exigió la mejora que había apalabrado con los gestores del club, pero ésta no ha llegado. Su espectacular partido podría servirle de trampolín reivindicativo si además se acentuara en las últimas horas el interés que el Deportivo mostró por él, pero esquiva esta opción oportunista. "Nunca pronuncié el nombre de equipo alguno al que interesara y sí sobre mi visión personal de que merecía una valoración económica superior. El club estimó que no y yo jamás me he negado a trabajar. He seguido ayudando al Real Zaragoza y mejorando. Tengo un contrato que respeto y lo cumpliré", dice el central.

LA RECOMPENSA Esta noche (24.00 horas) se cierra el plazo de inscripción. Alvaro no cree que nadie acuda con los 6 millones de euros que figuran en su cláusula. "Estoy muy bien aquí y sólo pienso en el Real Zaragoza, en su afición y en mis compañeros". De regreso a su puntería, no se ha marcado una cifra de goles ni tampoco de qué forma puede conseguirlos. "El año pasado me entrené mucho en el juego aéreo y luego de los cuatro goles que hice tres fueron con los pies. No sé, pero la recompensa siempre llega para quien trabaja, y es lo que intento transmitir en el vestuario". Compromiso, convicción, fe... Alvaro utiliza la cabeza con naturalidad y firmeza. Lo mismo para expresarse que para rematar.