Álvaro Vázquez es el jugador designado para lanzar los penaltis en el Zaragoza, por lo que, si así lo quiere él, seguirá tirándolos a pesar del fallo cometido en Lugo, donde el delantero erró el primer penalti de la temporada al filo del descanso que podía haber supuesto el 1-1 en el marcador.

La decisión del cuerpo técnico responde a la eficacia mostrada por Álvaro en las sesiones de entrenamiento, donde es prácticamente infalible. Son habituales los desafíos y competiciones de tandas de penaltis entre varios componentes de la plantilla a la conclusión de las sesiones preparatorias y, ahí, Álvaro se viene mostrando como un consumado especialista. Por eso, el error ante el Lugo no variará, en principio, la elección del encargado de ejecutar este tipo de lanzamientos. En todo caso, serán las sensaciones de los futbolistas las que tengan la última palabra en este asunto. Así lo considera Víctor, defensor de que sean los propios jugadores los poseedores de la decisión final.

En Lugo, Álvaro, que había sido objeto del penalti, tomó la responsabilidad, aunque Pombo también pareció decidido a hacerlo. En todo caso, el canterano fue el primero en animar a su compañero tras el fallido lanzamiento. De hecho, Jorge Pombo ya había marcado un penalti la pasada campaña. Fue en la primera eliminatoria de Copa del Rey ante el Granada. El zaragozano, que había sido suplente, anotó el 3-0 definitivo en los últimos compases del duelo disputado en La Romareda.

Hasta Lugo, los penaltis en el Real Zaragoza habían sido responsabilidad de Javi Ros. El navarro, que no pudo jugar en tierras gallegas por lesión, se había encargado de las tres penas máximas a favor del equipo aragonés logrando un pleno de aciertos. Marcó en la primera jornada ante el Rayo Majadahonda el que entonces era el 2-0 -el encuentro acabó 2-1-, también materializó el penalti que ortorgaba el triunfo momentáneo del Zaragoza ante el Tenerife a falta de dos minutos para el final -el cuadro canario empataría en el descuento, lo que provocó la destitución de Idiakez- y no falló en Riazor, donde empató una contienda que concluyó con 3-1 a favor de la escuadra dirigida por Natxo.

Así, el único penalti fallado por el Zaragoza fue el que no tiró Ros, que, sin embargo, queda ahora relegado a segundo lanzador a expensas de cualquier cambio de planes improvisado en función de la confianza de uno y otro.

Nada que ver con la pasada campaña, cuando el designado para disparar desde los once metros era Borja Iglesias. El actual delantero del Espanyol consiguió siete dianas desde esta distancia, aunque se tuvo que sobreponer a una mala racha que le llevó a hacer historia. El gallego falló, por primera vez, tres penaltis en otros tantos encuentros consecutivos disputados en La Romareda ante Tenerife, Córdoba y Lugo. Sin embargo, Borja siguió tirándolos y no volvió a fallar.