Once años, 158 partidos y ocho medallas después, Anna Cruz ha decidido poner el punto y final a su carrera como internacional. La jugadora del Casademont Zaragoza hizo pública su decisión con una carta en la que reflejaba su amargura no tanto por dejar la selección en sí como por las circunstancias que le han empujado a ello. «Con 34 años, y mucho vivido ya, creo totalmente innecesario seguir tolerando actos que van contra mis principios y, antes de que todo lo vivido se vuelva amargo, prefiero separar nuestros caminos. Yo también tengo poder, el poder de decidir para quién trabajo y para quién no», escribe la jugadora.

«Por todo ello, creo que es momento de poner fin a esta situación y decir adiós, con la cabeza bien alta sabiendo que he dado siempre todo por este equipo que en su día fue mi familia y que va a dejar de serlo porque entiendo que a la familia no se la trata así. Es una pena que el liderazgo de este equipo no se haya gestionado de una manera coherente y se utilice, en ocasiones, para hacer daño a gente que más de una vez le ha sacado las castañas del fuego», sigue la misiva.

Anna Cruz es una recién llegada al Casademont Zaragoza pero posee una de las trayectorias más importantes del baloncesto español. Es la segunda jugadora nacional que consiguió un anillo de la WNBA tras Amaya Valdemoro y ha formado parte de la generación de oro de la selección femenina. La escolta catalana jugó en el New York Liberty y en Minnesota Lynx, donde fue campeona. En Europa, además de en la Liga Endesa, ha jugado también en el Nadezhda Oremburgo y el Dynamo Kursk rusos y en el Fenerbahçe turco.

Con la selección absoluta debutó en el 2009 en el Europeo de Letonia, donde se colgó el bronce. Mismo metal que conquistó en el Europeo del 2015 y en los Mundiales del 2010 y 2018. En el 2014 logró la plata en el Mundial de Turquía y, en el 2016, en los Juegos de Río, donde una canasta suya sirvió para tumbar a Turquía y acceder a semifinales. En los dos últimos Europeos obtuvo el oro con España, en la República Checa en el 2017 y en Letonia y Serbia en el 2019.

La jugadora destaca que ha vivido «muchísimas experiencias inolvidables con la selección y todas ellas muy especiales. Pero sin duda esos Juegos Olímpicos en Río de Janeiro se llevan la palma en mis recuerdos». Cruz agradece su apoyo a la Federación Española y desea toda la suerte del mundo a sus compañeras para los próximos retos, entre los que se encuentran los Juegos de Tokio.

Jorge Garbajosa, presidente de la FEB, agradeció en un comunicado el trabajo y compromiso de la alero y señaló que es una sensación «agridulce» que una deportista dé ese paso a un lado pero que «respetamos» las decisiones que se toman. «Como sucedió con la canasta de cuartos en los Juegos de Río, Anna Cruz ha dejado escritos en todos estos años algunos de los momentos que más nos han emocionado». Garbajosa, además, deja la puerta abierta para un posible regreso de Cruz a la que «siempre será su casa».