El Sillón de María es uno de los mejores observatorios de la depresión del Ebro. Con sus modestos 602 metros de altura se domina desde su cima el bajo valle del Huerva. Cultivos a las orillas del río, la Plana de Zaragoza. Al oeste, el Moncayo. Al sur la Sierra Ibérica. Al norte, la ciudad de Zaragoza. Y en días despejados se vislumbran tras el Pilar, los Pirineos.

Pero el pasado día de Reyes todo parecido con la realidad era mera coincidencia. En la cima que está señalada por una pirámide de piedras no se veía a diez metros de distancia. La niebla ha invadido todo el valle del Ebro las dos últimas semanas. Por la inversión térmica el Pirineo estaba soleado y las planicies llenas de nubes. Por fin, ayer el viento barrió toda la niebla y subieron las temperaturas.

La niebla es tan perjudicial para el senderista como el frío, la nieve, la lluvia, el granizo, las tormentas o el viento. En caso de niebla, el excursionista corre el peligro de no reconocer nada de nada. Terrenos conocidos pueden ser una incógnita. Y si hay nieve o se hace de noche, la confusión es total. Es la causa de gran cantidad de accidentes debidos a pérdidas. De ahí que el excursionista posea una sólida base de orientación. Lo mejor es tomar caminos anchos, bien visibles y sin posibilidad de pérdida.

El Sillón de María se encuentra en el terreno estepario del sur de la ciudad de Zaragoza, en un paisaje desértico y ondulado en una extensión desarbolada, inhóspita y yerma. En este territorio se pueden realizar numerosas excursiones a pie o en bicicleta de montaña y algunas carreras populares se celebran por este territorio.

El recorrido se inicia en María de Huerva y el ascenso se puede realizar en menos de dos horas, contando con un desnivel de 279 metros, ideal para los niños. El pasado 6 de enero la niebla era alta en María de Huerva y el frío calaba los huesos. El recorrido es muy sencillo en días despejados, pero se complica con las nubes.

Tras pasar por la calle Cervantes, comienza una pista que pasa por un puente por el curso del Huerva. Justo al otro lado hay una bifurcación y se toma la ruta de la derecha. El sendero se dirige al sur. Una sendita sube por la izquierda para acceder a la base de la torre el homenaje del castillo de María. Tiene una existencia probada desde el VIII y su posesión por los cristianos fue esencial para la toma de Zaragoza en 1118.

Esta es una de las últimas referencias de la excursión, puesto que después el recorrido, en un sendero poco definido hasta la cima, transita en dirección sur porla cresta de la loma. Tras pasar dos líneas de alta tensión queda menos de media hora a la cima. El recorrido es invadido por una espesa niebla. En el último repecho nos encontramos un bosque de pino carrasco y cerca de la cumbre hay un altar rupestre con la Virgen del Pilar.