Nunca ha ocultado Ander Herrera su deseo de volver al Real Zaragoza. Lo ha reconocido siempre desde que se marchó en el 2011, pero en los últimos tiempos, además del deseo de volver a vestir esta camiseta, se le unió la intención de ayudar al club en forma de una inversión que ha estado cerca de cristalizar. De hecho, ha habido negociaciones hasta última hora para que Ander y el también exzaragocista César Sánchez lideraran una aportación de capital que en ningún caso hubiera sido superior a los dos millones de euros, pero al final no hubo acuerdo.

Que no haya existido ese pacto final para que esa entrada de capital externo tomara forma en la próxima Junta General Extraordinaria alterando más el cambio planteado por César Alierta no implica que esta vía esté cerrada. Solo supone que no ha habido acuerdo momentáneo para que estos dos exzaragocistas entrasen en el capital social de la entidad y también hubiera otras modificaciones, como por ejemplo la creación de una Comisión Deportiva. Si al final hubiera acuerdo en los próximos meses difícilmente se plasmaría en una nueva Junta General Extraordinaria para aprobar una nueva ampliación de capital y habría que esperar hasta la Junta Ordinaria, que se celebra siempre a finales de diciembre, para ello.

Ni una ni otra parte cierran la puerta a que esta posibilidad se dé, pero es evidente que sí se considera, desde el entorno de los dos exfutbolistas, que el momento propicio era este. Al final, este tipo de cambios y la entrada de nuevos accionistas, aún quizá más si son minoritarios, requieren de una negociación larga y de muchos puntos en el reparto accionarial y de poder que hay que establecer. Hay que tener en cuenta que la Fundación Zaragoza 2032 tomó el club en 2014 con unos 106 millones de euros de deuda, que ahora, tras la capitalización que llevará a cabo César Alierta, bajarán de 80 millones en el global y 66 a terceros, descontando las aportaciones mediante préstamos de la Fundación. Lógicamente, esa reducción y ordenación de la deuda debe tener una manifestación a la hora de que nuevos accionistas entren en el club. Y estos, por otro lado, también llegan con unas ideas que quieren que supongan algunos cambios en la SAD.

El deseo de Ander Herrera, y también el de César Sánchez, hace tiempo que se conocía, pero es en las últimas semanas cuando ha estado cerca de cristalizar. En una entrevista a este diario el pasado 24 de marzo ya se le preguntó al hasta ahora jugador del Manchester United, que va a continuar su carrera en el París Saint Germain, por esta posibilidad. «A mí me gustaría mucho un día formar parte del Zaragoza, no lo oculto. Es mi ilusión y ojalá pueda hacerlo como jugador. ¿Hacer una inversión? Pues el tiempo dirá y veremos qué pasa, aunque prefiero no tocar este tema. Es que no puedo decir otra cosa y de momento estoy más con mi cabeza de futbolista que de gestor, esa es la verdad. El tiempo dirá», aseguró Ander entonces, unas palabras que ya abrían la puerta de forma clara a esa opción.

Ander, que llegó en infantiles al Zaragoza procedente del Amistad, arribó al primer equipo en la temporada 08-09 para ser clave en el ascenso aquella campaña y también en las permanencias en Primera en la 09-10 y en la 10-11 antes de ser traspasado al Athletic de Bilbao por un monto global, ya que se cumplieron todos los objetivos, de 11,2 millones, mientras que cuando se marchó al Manchester United en el 2014 el Zaragoza aún percibió 1,4 millones más por derechos de formación. El meta César Sánchez estuvo en el Zaragoza desde el 2005 hasta el 2008.