Decididamente, Cani no tiene en este curso su ángel . Ayer, cuando tenía asegurada la camiseta titular, una indisposición gastrointestinal se la arrebató en el último momento. Un virus, que previamente ya habían pasado sus padres, le hizo pasar toda la noche del martes entre vómitos y, ya en la mañana de ayer, los servicios médicos del club aragonés aconsejaron su baja para el partido ante el Betis. Martín Vellisca fue su sustituto en la lista de convocados y el Niño abandonó el hotel de concentración zaragocista a media mañana.

El mediapunta, que ya por la tarde se encontraba mucho mejor, guardo descanso ayer, pero habrá que esperar hasta hoy para ver si ha superado esta gastroenteritis y puede entrenarse, aunque si lo hace será a un ritmo menor que el del resto de sus compañeros. En todo caso, en el club están convencidos de que podrá estar en condiciones para el partido de vuelta de Copa ante el Betis el próximo miércoles y hay algunas dudas más con respecto al encuentro del Camp Nou, aunque tampoco tiene muchas opciones de titularidad este domingo.

Problemas estomacales

De todas formas, la mala suerte de Cani está empezando a ser preocupante. Desde aquella apendicitis que le obligó a pasar por el quirófano cuando el Zaragoza tenía el ascenso casi en la mano parece haberle mirado un tuerto. Una recaída posterior le obligó a empezar el curso a menor nivel que el resto y Flores admitió a finales de octubre su preocupación por la salud del jugador, por los "continuos problemas estomacales". Incluso, se le aconsejó que mejorase su alimentación.

Sin embargo, en los últimos tiempos, la mejoría física de Cani había sido notable y ya parecía quedar menos para que su magia volviera a aparecer. De hecho, Flores le iba a dar papel protagonista en el partido de Copa de anoche y tenía todas las ganas del mundo de reivindicarse, pero su mal fario aún sigue ahí, aunque él confía en que la de ayer sea la última muestra de esa racha negativa.