En la ristra de decepciones en este curso un lugar preferente lo ocupa Ángelo, que ha dejado claro en La Romareda que Old Trafford, el United, es un traje inmenso para él. El chileno vino como referencia que debía sustentar con sus goles parte de las opciones de subir, y en La Condomina, con solo 2 jornadas más por jugar, anotó su sexta diana en 23 partidos y tras 6 meses y medio sin marcar desde que el 10 de noviembre anotara ante el Numancia.

Eso sí, en su manera de ganarle la espalda a Mauro y de definir de cabeza demostró el alma de goleador que ha estado tan escondida entre su apatía y su inadaptación, además de una lesión importante que lastró su inicio de la segunda vuelta.

El United pagó al Universidad 4 millones en el verano del 2012 por un punta que fracasó en su primera cesión en el Wigan (8 partidos, 1 gol) y que también ha estado muy lejos de triunfar en el Zaragoza, donde aspiraba a subirse al tren del Mundial, que pronto perdió, y en la que ha demostrado no estar adaptado a Europa. Sobre todo en la asociación. Eso sí, con 20 años, si algo le queda es tiempo, margen.

Ángelo, que cambió el nombre de su camiseta al llegar para dejar de ser Henríquez, arrancó bien, con 4 goles en sus 4 primeras apariciones por el once, pero se apagó. El poco fútbol del equipo y su pobre aportación le llevaron a Herrera a hacerle pasar por el banquillo para ver si reaccionaba. El efecto fue contrario. De Navidad volvió con una fuerte gripe y una lesión ante el Castilla propició su desaparición. Con Víctor Muñoz no ha podido quitarle el puesto titular a Roger y no ha mejorado sus números, aunque al menos ayer volvió a ver puerta.