La ansiedad que sufren todos los equipos en la víspera del debut en una competición se multiplica en el caso del anfitrión. Portugal se juega mucho, como país y como selección. Hoy arranca su aventura ante Grecia, un rival cuya mejor virtud es la defensa, que acude al torneo bajo el lema del nada que perder y que tratará de aprovechar la tensión que agarrotará las piernas lusas.

"Nuestra responsabilidad es muy grande. Somos 23 los escogidos para representar y prestigiar al máximo a Portugal", dijo Luis Figo. El extremo, sin embargo, quiso dar la sensación de que no siente ninguna presión, ni siquiera por disfrutar de la última oportunidad (tiene 31 años) de ser campeón con su selección. "No vivo obsesionado con lograr el título", aseguró.

PRESION PARA TODOS Las críticas y la expectación que rodea al equipo acentúa la preocupación. Luis Felipe Scolari intentó levantar la autoestima. "La única diferencia con los futbolistas brasileños son culturales, técnicamente son muy parecidos", comentó el técnico, el actual campeón del mundo con la canarinha . "Siento la misma presión que con Brasil", añadió Scolari. Pero el técnico recordó que esa ansiedad es común en todas las selecciones. "Será un gran día de fútbol. Ahora no pueden huir, tienen que jugar".

Scolari no tiene preocupaciones de tipo deportivo. Sin ningún lesionado, podrá presentar el once de gala. No estará en él Deco, el brasileño nacionalizado portugués --Figo está en contra de las nacionalizaciones, insistió ayer-- pero sí Simao Sabrosa por la banda izquierda. A Scolari sólo le fastidia que cataloguen a Portugal de favorita.