La última sesión de entrenamiento despejó alguna dudas para Radomir Antic, pero no todas. Juanfran, que está recuperado de su lesión, pero lejos de su mejor tono físico, no entró finalmente en la convocatoria, pero sí Mostovoi, aquejado de una tendinitis, aunque es seguro que ocupará plaza en el banquillo. Además, la gripe que padece Berizzo ha obligado al técnico serbio a convocar a 19 futbolistas, todos los que tiene disponibles en estos momentos, pero el central argentino no se perderá la cita y será titular en el eje de la zaga junto al exzaragocista Cáceres.

Y es que Radomir Antic afronta este partido con numerosos inconvenientes, sobre todo en el aspecto físico. Las lesiones siguen siendo una constante en el equipo vigués y para este partido el serbio no podrá contar con Luccin, Sergio e Israel Delgado, además del mencionado Juanfran. Tampoco estará Velasco, pero en su caso porque debe cumplir con un partido de sanción. Por otra parte, Cavallero, Contreras y Pinilla debieron viajar para cumplir con sus respectivas selecciones.

ULTIMA PRUEBA Son, en total, ocho bajas las que arrastra el equipo celeste. Y resta la duda de Mostovoi, cuya presencia debe obedecer a la evolución que tenga una tendinitis en el talón del pie derecho. De todas formas, la intención de Antic es que el ruso esté en el banquillo para utilizarlo unos minutos si fuera necesario, ya que considera imprescindibles la calidad y la veteranía que aporta el centrocampista.

Como no podían faltar las sorpresas de último momento, Eduardo Berizzo se presentó al entrenamiento con algunos grados de temperatura y también habrá que aguardar su evolución. Por su parte, Sylvinho ya está recuperado y será titular con toda seguridad en el lateral izquierdo. Lo mismo que Angel, que ocupará el sitio de Velasco en el derecho, mientras que Pinto cubrirá la vacante de Cavallero bajo los palos con la intención de resarcirse de los cinco goles que encajó en su último encuentro en Balaídos ante el Espanyol.

A VIDA O MUERTE Lesionados y penurias a un lado, la afición céltica exige a sus jugadores la máxima entrega y promete apoyo incondicional en el campo, aunque la grada viguesa ya ha dado muestras de su hastío en muchos partidos de esta temporada, por lo que un gol madrugador del Zaragoza podría disparar los nervios en los jugadores y en la hinchada. La mala situación del equipo provoca que este choque sea casi una final a vida o muerte. Una derrota condenaría prácticamente a los de Radomir Antic, con ocho jornadas de Liga por disputarse, demasiados puntos por remontar y la moral por los suelos.