Del blanco al negro. Del juego individual al colectivo. De la improvisación a lo metódico. El perfil del Granada es la antítesis del Plasencia. Si el equipo extremeño basaba su respuesta en la capacidad de invención de cuatro jugadores, el rival del CAI en las semifinales por el ascenso a la ACB es más sistemático y desarrolla un baloncesto medido, con soluciones para cada situación y jugado con calculadora. A dos días del inicio de la eliminatoria, el cuerpo técnico del CAI estudia hasta el último detalle de su enemigo. Junto a Alfred Julbe, Gabriel Bolaños, el segundo entrenador, es el responsable del scouting de los contrarios. Hasta ayer ya había analizado y reanalizado ocho videos del Granada. Para delante, para detrás... "El Plasencia juega con aclarados constantes para Gianella, Stewart, Owens o Sala. El Granada es lo contrario. Hace un básquet más creativo, con muchas opciones y diferentes soluciones para cada movimiento. Se va a ver un buen juego en las semifinales", dice Bolaños.

Mejor plantilla y más consistente, el Granada se sujeta sobre tres pilares fundamentales: Ordín ("el más importante porque es el director de juego y un base extraordinario"), McGhee ("en los últimos ocho partidos ha hecho más de 200 de valoración, es un zurdo al que no le complica que le cierres la izquierda, muy difícil de defender porque tira de tres y de cuatro metros, y que ha mejorado en el playoff) y Silas Mills, un alero muy atlético, que ha disparado la calidad del equipo de Valdeolmillos. "Es un jugador muy importante para ellos porque desde su llegada les ha aportado calidad, experiencia y veteranía en situaciones de finales de posesión. No suele cometer errores y se ha convertido en la figura que ha asentado al Granada. Sus porcentajes son impresionantes (73% de dos y 46% de tres), juega bien el uno contra uno y es un gran asistente", relata Bolaños.

Pero el Granada, a pesar de contar con jugadores resolutivos, no es perfecto. "No tiene una gran capacidad en el balance defensivo. Sus jugadores van muy fuerte al rebote ofensivo y, lógicamente, luego les cuesta un poco más ir para atrás. Además, cada flaqueza tiene su virtud. Por ejemplo, Romero no tira, pero juega mucho porque defiende muy bien", apunta el segundo entrenador del CAI.

En la destreza y eficacia que tenga el equipo aragonés a la hora de imponer su estilo de juego puede residir uno de los puntos claves de la semifinal. "A nosotros nos interesa un ritmo alto, de muchos contrataques", acaba Bolaños.