Estaba a punto de cumplir los 16 años cuando la Real Sociedad conquistó su último título. Imanol Alguacil siempre ha hecho gala de su gen txurri urdin y llegó a jugar en el primer equipo como lateral derecho. Treinta y cuatro años después de aquella Copa lograda en los penaltis ante el Atlético, el equipo de su corazón alcanzó de nuevo la gloria con aquel adolescente en el banquillo. Y encima contra el Athletic en la primera final entre los dos grandes del País Vasco de la historia.

Un éxito así no se podía celebrar de cualquier manera. Alguacil compareció a la rueda de prensa con una felicidad evidente, pero el éxtasis llegó en el tramo final. "Me voy a pasar del modo entrenador al modo aficionado si me permitís. Me da igual si es modo aficionado o modo forofo, como lo queráis llamar. Esto va por toda Guipuzkoa, por todos los que sienten la Real", avanzó Alguacil, que continuó con cánticos en Euskera llenos de sentimiento. Eran los gritos del campeón.

Los paseos con su mujer

El preparador vasco dedicó el título a los sanitarios en una pandemia que también se llevó por delante a un familiar suyo. "Es algo grande y lo quiero ofrecer a los médicos, enfermeros y a la gente que está en primera línea peleando, salvando tantas vidas, porque eso sí tiene mérito y también es para todos ellos. Falleció mi tío esta semana por covid, mi familia ha sufrido, hemos recibido un gran apoyo de mi pueblo... y se lo dedico también a todos", dijo emocionado Alguacil.

El técnico mostró su lado más íntimo durante estos tiempos. "He salido poco con mi mujer y solo por el monte, en casa siempre con mascarilla... he estado insoportable en las últimas semanas y ellos han sido los primeros de los que me acordado", reveló Alguacil, que aprovechó para expresar su agradecimiento al presidente Jokin Aperribay y al director de fútbol Roberto Olabe.