La apuesta del técnico local, Frank Rijkaard, por los extremos llevó ayer al FC Barcelona a sumar una plácida victoria en el Camp Nou ante un inocente Albacete (5-0), que devuelve las removidas aguas del Camp Nou a su cauce y acerca al equipo azulgrana a sólo dos puntos de la cuarta plaza que le daría acceso a la Liga de Campeones. Rijkaard puso a Luis García y Quaresma en las bandas.

Tras un primer gol afortunado en la primera mitad de Xavi, tres tantos consecutivos de Saviola, Quaresma y Davids en el inicio de la segunda parte dejaron visto para sentencia el encuentro.

PARTIDO PELIGROSO El partido era muy peligroso para el Barcelona, que presentaba un equipo plagado de bajas y esperaba en el Camp Nou a un público predispuesto a no perdonar el más mínimo error después del mazazo que supuso la eliminación el pasado jueves de la Copa del Rey a manos del Zaragoza. De hecho, el equipo fue recibido con algunos silbidos cuando saltó al césped a calentar.

El resto del partido no tuvo historia y Rijkaard pudo permitirse el lujo de dar entrada al joven delantero canterano Sergio García por Saviola, y a dos jugadores que salen de largas lesiones, Motta y Luis Enrique, por Cocu y Davids, respectivamente. Luis Enrique todavía tuvo tiempo de marcar el quinto de la tarde, en tiempo de descuento, al culminar un contraataque, tras recibir una asistencia de Sergio García. El Albacete estuvo muy apagado y no pudo reaccionar a los goles del cuadro azulgrana.