El Fieles siempre sin reblar del himno del Huesca se ha convertido en el ejemplo a seguir, como una religión. Todo aquel que llega a la entidad altoaragonesa sabe que, como condición innegociable, debe ofrecer el máximo rendimiento y dejarse todo en el campo aunque las circunstancias sean duras y desfavorables, como en la actualidad.

La situación del Huesca es difícil y alarmante, pero no definitiva. En el seno del club azulgrana quieren acuñar y hacer bueno el dicho que a año nuevo, vida nueva. Está a ocho puntos de la salvación, por lo que el reto sigue siendo mayúsculo y muy complicado. Pero no por ello en el equipo altoaragonés han bajado los brazos. Es más, existe plena confianza en que los buenos resultados llegarán más pronto que tarde, porque el equipo, futbolísticamente hablando, está mereciendo mejor suerte.

El cambio de año debe servir como punto de inflexión. Por el simbolismo de una nueva fecha, como los famosos y típicos propósitos. Aparte, a los jugadores y al resto de integrantes de la entidad les ha venido bien la desconexión propia de estas fechas con el resto de sus familiares y en sus casas para cargar las pilas y afrontar este 2019 con optimismo.

Nadie rebla en el Huesca. Desde el regreso de las vacaciones han pasado por la sala de prensa Melero, Musto y Ferreiro y todos ellos han coincidido en el discurso ofrecido. Y no es casualidad. «A todos nos han venido muy bien unos días para despejar la cabeza e intentar aislarse un poco del fútbol, que a veces es necesario. Qué mejor que un año nuevo y un partido en casa muy importante para intentar ganar», dijo Melero antes de reconocer que al 2019 le pide «resultados», porque «nadie va a bajar los brazos». «El equipo está muy vivo y, sobre todo en casa, tiene que contar la mayoría de partidos con victoria si se quiere salvar», agregó el capitán azulgrana.

En la última comparecencia del 2018 tomó la palabra Damián Musto. Como en el caso de Melero, el mediocentro afirmó que «venimos renovados después de estos días de descanso y veo al equipo todavía más ilusionado de lo que empezó la temporada». En suma, el argentino ve al equipo «capaz» de conseguir el objetivo de la salvación ya que «futbolísticamente no hemos sido menos que la mayoría de rivales». «Creo que hemos crecido muchísimo y que el equipo tiene una identidad de juego. Solo nos ha faltado capitalizar ese juego en puntos y tenemos muchísimas ganas de darle la vuelta a esa situación», explicó.

Por último, uno de los estiletes del Huesca y jugadores imprescindibles para Francisco, como es David Ferreiro, tampoco rebla: «La verdad es que necesitábamos esos días de descanso, sobre todo psicológicamente. Hacíamos bien las cosas y competíamos en todos los partidos pero los resultados no acompañaban. Había que cambiar el chip y seguro que a partir de ahora van a llegar los buenos resultados. Hemos vuelto de las vacaciones con más ganas que nunca de darle la vuelta. Si competimos como en las siete u ocho últimas jornadas, creo que el equipo está capacitado para conseguirlo y las victorias van a llegar seguro», comentó el extremo gallego.

Las buenas sensaciones están y las ganas, también. Solo falta dar ese salto de calidad que exige la Primera División para que las victorias lleguen y en el Huesca comiencen a ver cercana una salvación que, a día de hoy, está complicada. Los próximos encuentros ante el Betis en casa y contra el Leganés en Butarque marcarán el devenir clasificatorio y el estado de ánimo, pero hay confianza.