Andorra vuelve a disfrutar de la Liga ACB dieciocho años después de poner punto y final a un sueño que duró cuatro temporadas y que tuvo también su acento aragonés. En el histórico Festina de principios de los noventa jugaron Joaquín Arcega y Paco Zapata. "Estaba en el Barcelona, jugaba poco, y me llegó una oferta de Andorra. Era un recién ascendido, iba a ser su segunda temporada en la ACB, no tenía tradición y eso generaba algo de incertidumbre. Pero me gustó el proyecto y la verdad es que fue una experiencia buenísima, lo recuerdo con mucho cariño", señala Paco Zapata.

"Reunió un equipo de jugadores veteranos, con experiencia, y conseguimos buenos resultados. Había una gran química en el equipo y eso se trasladaba a la pista. El entrenador supo sacar lo mejor de cada uno. Era un club pequeño, familiar, en el que había una gran ilusión por todo. En ese sentido me recuerda un poco a los inicios del antiguo CAI Zaragoza", recuerda el jugador zaragozano. El Festina fue quinto y sexto en la Liga regular, disputó el playoff, la Copa, se clasificó para la Copa Korac... Y enganchó al baloncesto al pequeño país pirenaico. "Era la principal

actividad, el deporte que más alto llegó, y logró aglutinar a unos 4.000 o 5.000 aficionados por partido. El pabellón estaba siempre lleno, había sillas por todas partes. Además, éramos un equipo competitivo que se codeaba con los grandes y podía ganar a cualquiera", continúa Zapata.

El equipo conseguía buenos resultados. "Le ganamos por 18 puntos al Barcelona en su casa, que fue un triunfo muy sonado porque Cataluña tiene mucha influencia en el país y hay mucha gente del Barça. Pero también vencimos al Madrid de Sabonis, al Joventut, al CAI, al Taugrés...", enumera el exjugador. En 1995 estuvieron a punto de llegar a las semifinales de la Copa del Rey. "Perdimos en cuartos de final frente al Estudiantes con un triple de Herreros en el último segundo, faltó muy poco para clasificarnos".

Además de buenos resultados, Paco Zapata recuperó las sensaciones que había perdido en el Barcelona, donde jugó poco. "Me encontré muy a gusto y recuerdo aquellos años con mucho cariño. Mantengo cierta relación con los dirigentes actuales, que entonces estaban con las categorías inferiores, y les deseo lo mejor". En Andorra coincidió con jugadores de nombre como los hermanos Llorente, Villalobos, y otros que se harían un nombre, como Andy Toolson, luego en el CAI. "El equipo que le trajo a España fue el Andorra y entonces era un desconocido. En la primera vuelta enchufaba triples increíbles. Luego ya le defendían más".

El sueño comenzó a desvanecerse en la temporada 95-96. "Jugar la Korac nos pasó mucha factura, los desplazamientos eran complicados y no daba tiempo de preparar bien los partidos". El equipo descendió a la LEB pero Zapata se quedó. "La idea era mantener el bloque para ascender de nuevo. Pero caímos en el quinto partido de semifinales ante el Huelva". Los problemas económicos arrastraron al club a los sótanos de las categorías regionalas hasta que, 18 años después, Andorra vuelve a ser ACB.