Los exfutbolistas Carlos Aranda y Raúl Bravo abandonaron ayer, sobre las 17.15 horas, la prisión de Zuera (Zaragoza) tras abonar sus abogados las fianzas, cifradas en 100.000 euros, impuestas por Ángel de Pedro, titular del Juzgado de Instrucción nº5 de Huesca que investiga la presunta red de amaños de partidos de fútbol de Primera y Segunda. A los dos se les investiga como posibles responsables de los delitos de pertenencia a grupo criminal, corrupción en el deporte y estafa.

A la salida del recinto penitenciario, Carlos Aranda aseguró que «nos han metido en prisión a los que menos culpa tenemos de todo», a la vez que reconoció que estos días han sido difíciles y duros «por la familia más que nada». Sobre las declaraciones de su abogado de que no saben por qué los han implicado, el malagueño aseguró que «por eso estamos aquí, porque no lo saben ni ellos».

Por su parte, Raúl Bravo afirmó que «nos han tratado súper bien y desde el minuto uno el trato ha sido espectacular y no puedo decir nada más. En el juicio se verá». Tanto Aranda como Bravo, que abandonaron las instalaciones penitenciarias en un solo vehículo que les estaba aguardando, agradecieron a los Cuerpos de Seguridad del Estado, a la Policía Local, a los funcionarios de prisiones y a los presos el trato que han recibido desde que fueron detenidos el pasado martes.

Por otra parte, el Real Valladolid ha abierto un expediente disciplinario al exjugador Borja Fernández para sustanciar su presunta responsabilidad dentro de la operación Oikos ya que fue uno de los seis detenidos.