Jorge Arcas, ciclista aragonés del Movistar Team, y el más veterano de los cuatro aragoneses que van a estar en la elite del ciclismo mundial en 2018, está convencido de que a pesar de la juventud del cuarteto "muy pronto cantaremos alguna victoria" a pesar de reconocer lo tremendamente difícil que es.

Con Jaime Castrillo (Jaca, 1996), como compañero de equipo, y Sergio Samitier (Barbastro, 1995) y Fernando Barceló (Huesca, 1996), Arcas (Sabiñánigo, 1992), en el Euskadi Basque Country Murias, forma parte de un cuarteto de ciclistas que tienen claro que en la elite no les va a resultar fácil alcanzar los innumerables éxitos que han acumulado en las categorías inferiores y por eso todos ellos sitúan su primera meta en "rendir desde el primer momento y ser útil al equipo".

Sobre ese primer triunfo en la elite, una vez que este mismo año ha dejado el pelotón Ángel Vicioso (Katusha Alpecin) como aragonés más laureado de la historia con 28 victoria, Arcas coincide con "sus compañeros y amigos" en apuntar a Sergio Samitier y Fernando Barceló en que serán los primeros porque "tienen chispa, son rapidillos y se van a adaptar muy pronto".

El de Sabiñánigo ya sabe cuál es su rol en el equipo que lideran Alejandro Valverde, Nairo Quintana a los que se ha unido Mikel Landa que es el de "trabajar para ellos", pero también confía en que en el futuro pueda tener alguna oportunidad.

Con la experiencia que atesora en el equipo de Eusebio Unzué, Arcas va a disputar en 2018 en Australia su primera competición oficial junto Castrillo, pero ya sabe que a su regreso también tiene prevista la Vuelta a Andalucía y "lo siguiente está por definir a la espera de saber si entro para correr alguna grande".

Su debut en una de las tres grandes en la pasada Vuelta a España fue amargo porque una caída en la contrarreloj por equipos inicial en Nimes (Francia) le dejó muy tocado hasta que doce días más tarde terminó abandonando.

"La Vuelta fue un duro aprendizaje porque aprendí a sufrir cada día, a ver como se corre en la grupeta y a ver que no recuperaba igual. A pesar del sufrimiento también fue una experiencia muy positiva, porque ya sé lo que es sufrir al límite y si voy a otra grande y estoy en condiciones será para bien", manifiesta en declaraciones a EFE.

Sin embargo reconoce que las tres semanas de competición le atraen, pero asimismo le encantan las grandes clásicas de primavera, como Milan-San Remo, Strade Bianche, Tour de Flandes o París-Roubaix entre las más conocidas.

"Este año me defendí bien en esas carreras donde fui para ayudar a Imanol Erviti. Todas esas clásicas me gustan, en Flandes me quedé a pocos kilómetros de acabar, pero en Roubaix llegamos al velódromo y fue fantástico", recuerda.

Por su parte, los debutantes Castrillo, Barceló y Samitier, por el orden en que se anunció su compromiso con sus respectivos equipos, trabajan para comenzar la temporada "a un buen nivel" y adaptarse lo antes posible a un ritmo de competición "más alto que es lo que marca la diferencia con las otras categorías".

Una ilusión conjunta de los cuatro ciclistas está centrada en el retorno al calendario de la Vuelta a Aragón el próximo mes de mayo, doce años después de su desaparición.

"Me hace mucha ilusión porque será correr en casa, por sitios que conocemos y con el apoyo de todos los aficionados. Será una motivación porque para nosotros es muy importante", afirma Samitier, algo muy similar a lo que expresan sus otros compañeros que apenas recuerdan algo de la prueba que se disputó por última vez en 2005 con la victoria del alicantino Rubén Plaza que todavía sigue en activo.

Para Barceló, el único de los tres que en 2017 ha tenido la oportunidad de competir como "invitado" en Cofidis parte del mejor calendario y conocer todavía mejor las diferencias con la categoría inferior, la temporada la afronta con el objetivo de "poder acabarla asentado en la categoría, con momentos en los que haya sufrido, pero también con otros en los que he hecho alguna carrera buena y he sido útil al equipo".

Para el Euskadi Basque Country Murias, el gran objetivo es conseguir una de las cuatro invitaciones para participar en la Vuelta a España, algo que tanto a Barceló como a Castrillo les hace albergar alguna esperanza de poder debutar en una grande, pero saben que el equipo cuenta con un calendario más que interesante en el que tendrán su primera oportunidad en la Challenge de Mallorca y hasta el comienzo del verano su ilusión sería estar en alguna de las carreras nacionales de la máxima categoría como País Vasco o Catalunya.

Para Castrillo, que ya ha mitad de enero disputará sus primeros kilómetros oficiales en la elite, con el objetivo de "adaptarme lo antes posible y ayudar al equipo lo máximo y ser útil".

Sus compañeros le ven en un futuro a un buen nivel en las grandes vueltas, algo que el mismo reconoce que "por mis características son las que más me gustan y se me tendrían que dar bien".