El Garmo Negro es el techo del IV Trail Valle de Tena. La cumbre de 3.064 metros se encuentra por encima del Balneario de Panticosa y es ideal para realizar el primer tresmil. Los esforzados que disputen este fin de semana esta prueba valedera para el Nacional y el Regional de la modalidad llegarán a la cumbre después de un duro ascenso de 1.411 metros. Allí les esperará a los fondistas el gaitero Rubén Finestra, que con sus sones paliará el desgaste de los participantes. Será una carrera muy exigente que comenzará en Panticosa a las 5.00 horas de este sábado.

Les esperan 77 kilómetros y 6.800 metros de desnivel positivo en esta competición que la organización denomina como 8K. Primero subirán los collados de Catieras, Xuans y, tras bajar a pico hasta el Balneario de Panticosa, les espera la pared del Garmo Negro. Todavía no habrán llegado a la mitad del recorrido. En un corto descenso llegarán al refugio de Bachimaña y por el G.R.-11 a través del collado de Tebarray llegarán al refugio de Respomuso. Todavía les quedarán tres ascensiones antes de llegar a la meta de Panticosa. Son las de Musales, el collado de Foratata y el Mirador de la Peña Plana, que está entre Sallent y Panticosa. Los corredores tendrán un máximo de 27 horas para completar el recorrido.

Esta distancia tendrá 300 participantes. Habrá otras dos carreras con el mismo número de fondistas. El 4K parte mañana a las 8.00 de Panticosa, cuenta con una distancia de 43 kilómetros y asciende 3.600 metros, destacando también el Garmo Negro. Por último, la prueba pequeña son los 2K, que comienza a las ocho de la mañana del domingo. Asciende a la Punta Facera, de 2.288 metros de altura.

Los impulsores de esta carrera fueron Óscar Pérez y Jesús Sánchez, Samuel para los amigos. Esta era la mejor manera de dar a conocer por toda España el bellísimo valle de Tena. Con 51 años Samuel lleva 14 volcado en las carreras por montaña en Aragón. «También estoy en la organización de la Puyada a Oturia, El Último Bucardo y la Osan Cross Mountain. Mucha gente me pide que les eche una mano, pero no puedo llegar a más. Me canso, pero como me gusta, sarna con gusto no pica», dice el serrablés.

Toda la semana su cometido ha sido marcar un sector de la ultra junto a tres compañeros. El miércoles pasado señalizaron el ascenso y el descenso del Garmo Negro. «Comenzamos a las siete y media y terminamos a las ocho y media de la tarde. Acabamos baldados. Y el día siguiente vamos por Tebarray y Musales y nos recogerán en La Sarra», decía antes de dar buena cuenta en la Casa de Piedra una cena consistente en macarrones y churrasco.