Desde los tiempos de Stalin quizá no había un bigote tan famoso en Rusia. Stanislav Cherchesov (Alagir, 54 años) es el seleccionador que ha metido al anfitrión en octavos pese a iniciar el torneo bajo cero. Como futbolista, lo suyo era la portería. Defendió, por ejemplo, la camiseta rusa en el Mundial de EEUU-94. Estaba en el césped de California cuando su compatriota Salenko estableció el récord de cinco goles en un partido, aún vigente. También era el portero del Spartak que eliminó al Real Madrid en los cuartos de final de la Copa de Europa en 1991, antes de la caída de la Unión Soviética.

«Entonces y ahora los españoles eran favoritos, pero nada es imposible. Hemos logrado algo en lo que nadie creía. Tenemos la oportunidad de repetirlo», dijo ayer. Como técnico es un tipo áspero, amante de la disciplina y ubicado claramente en el bando conservador. Florituras las justas. Amigo de Putin, lleva dos años en el cargo y recuperado el optimismo en un país que recogió firmas para disolver su selección tras el fracaso de la Eurocopa de hace dos años.

Admirador de la mentalidad germana, jugó en Alemania (Dinamo de Dresden) y guarda buena relación con Löw (fue su entrenador en el Tirol). De sangre caliente, podría ser perfectamente la versión rusa del Sargento de Hierro. Si elimina a España se asegurará el mejor resultado de la historia del país en unos Mundiales, por detrás de las semifinales de 1966 con Lev Yashin defendiendo la portería de la Unión Soviética.