Jaca está cubierta por las nubes. A media mañana cae un chaparrón acompañado de viento. Es un lunes en el que la actividad es incesante en las calles de la villa pirenaica. Sin embargo, Zaragoza está de fiesta puesto que celebra la Cincomarzada. Es una buena oportunidad para los zaragozanos de realizar una tranquila excursión a un lugar atractivo y accesible como la Peña Oroel. Mientras que la mayoría de los turistas practica el esquí en las estaciones de Astún y Candanchú, recorrer uno de los símbolos de la Jacetania es una de las actividades más recomendables en las puertas de la primavera.

Oroel se alza orgullosa al sur de Jaca como si fuera la proa de un buque. Este peñasco coronado por una gran cruz de hierro que se divisa desde la ciudad es una atalaya perfecta para admirar desde la distancia los picos nevados de la comarca como el Bisaurín, la Collarada o el Aspe. Es una montaña de leyendas y se dice que en sus entrañas hubo una mina o un tesoro que no ha sido hallado todavía.

Es la excursión perfecta para que los niños se inicien en la montaña. Es un itinerario sencillo, no excesivamente exigente y muy atractivo. La mayor parte de los senderistas sube por su vertiente norte desde el Parador. De esta manera la aproximación es menos larga. En dos horas se puede alcanzar la cima tranquilamente y el desnivel de 500 metros es muy moderado.

Pero también es interesante realizar el recorrido completo desde Jaca hasta la propia cima. Se puede realizar en tres horas largas. El punto de partida está a 820 metros de altura en las propias calles de Jaca y la cima de la Peña Oroel se alza a 1.769 metros. El pasado lunes el sol salió súbitamente tras el chaparrón mañanero. La cara norte de la Peña Oroel tenía pequeñas manchas de nieve en su camino. El sendero parte debajo de la Nacional-240 junto a la residencia de Escolapios. La primera parte del camino transita por carretera y pista sin apenas desniveles ascendentes. El caminante observa siempre de frente el cordal de la Peña Oroel.

A la derecha del camino se encuentra el barranco de Acín. Cuando el camino llega a la Fuente del Salvador el recorrido encuentra las primeras zonas boscosas. Se superan dos pequeños puentes y se llega a la ermita del Salvador. El sendero se endurece hasta que llega a la pequeña carretera que viene del Puerto de Oroel. A pocos metros llegamos al Parador y el Mirador de Oroel. Desde aquí comienza la subida clásica por la cara norte de la montaña. Cerca de un depósito de agua comienza un cómodo y agradable sendero que se adentra por un bosque de pino silvestre. La subida es sostenida con las 33 curvas de El Muerto.

Tras un esfuerzo de una hora de subida llegamos al collado de Las Neveras, situado a 1.727 metros de altura. Solo nos queda algo menos de media hora de cresta para llegar a la cima. En un tramo incómodo con la nieve blanda que convierte en sendero en un barrizal, mientras el viento sopla con mucha fuerza. Llegamos a la cima coronada por la cruz metálica de nueve metros colocada en 1902 por el cuerpo de forestales.