El Barcelona no pudo alcanzar el récord de diez victorias consecutivas que había establecido en la temporada 1955-56, bajo las órdenes del húngaro Frans Platko, tras empatar sin goles contra el Villarreal, lo que puso de manifiesto los graves problemas en ataque de la entidad catalana, además de evidenciar un estado físico más que limitado.

El equipo de Rijkaard sumó su segundo partido seguido en el Camp Nou sin marcar (Celtic en la Copa de la UEFA y Villarreal) y de no ser por el gol de Ronaldinho en el minuto 89 contra la Real Sociedad, el conjunto catalán hubiese cerrado su tercer encuentro seguido en el coliseo barcelonista sin marcar.