El Athletic viajó ayer a Bielorrusia con la obligación de cambiar el decaído estado de ánimo al que le han llevado tres malos resultados en Liga y a intentar ganar al BATE en el nuevo Borisov Arena (20.45 horas), con el objetivo de mantener intactas las opciones de estar en octavos de la Champions. Al equipo bilbaíno le ha hecho mucho daño la última semana y media, ya que tres partidos consecutivos en Liga en los que esperaba hacer el pleno o acercarse mucho al máximo de nueve puntos, frente a Granada, Rayo y Eibar, apenas sí ha sumado uno y se ha quedado varado en la parte baja de la tabla. Además, los de Ernesto Valverde no pasaron del empate sin goles contra Shakhtar Donetsk en la primera jornada del Grupo H.

Ese 0-0 en el arranque de la liguilla, unido a la goleada recibida por el BATE en Oporto (6-0), casi obliga al conjunto vasco a ganar en Bielorrusia, en el Borisov Arena con capacidad para 13.000 espectadores. Valverde descartó a Borja Viguera, titular el sábado, e introdujo cuatro novedades: Morán, Unai López, Toquero y Arrizabalaga.