Aunque lo mereció en el arreón del tramo final, cuando ya tenía un jugador más, el Atlético se dejó otra porción de su ventaja en el liderato de La Liga en Getafe. El equipo de Simeone completó más de una hora de partido con un juego insulso, incapaz de encadenar buenos minutos de juego y ocasiones.

Salió el Atlético al partido pleno de vitalidad, con nervio y vigor en busca de un gol, aunque el Getafe no se arredó y le costó mucho a los de Simeone generar ocasiones de peligro. Apenas un disparo de Carrasco y el peligro inherente a algunas salidas inseguras del guardameta getafense Soria fue todo el bagaje ofensivo de los rojiblancos al descanso, demasiado pobre para el líder de La Liga.

Ante la necesidad, Simeone adelantó al descanso el cambio previsible: la entrada de un Joao Félix que volvió a ser suplente, en el puesto de un Saúl que sigue lejos de su mejor nivel. El portugués jugó muy lejos del área rival (aunque cada vez que se asomó fue con peligro) y el equipo no mejoró su definición en el área rival, así que Simeone hizo un triple cambio con vocación ofensiva.

Entre tanto, el Getafe se había hecho con el monopolio de llegadas en torno a la hora de partido, pero el empate sin goles parecía inamovible.

La expulsión de Nyom, tras la revisión del VAR y a más de 20 minutos para el final, no desató el ataque en tromba atlético que se podía esperar, aunque Soria tuvo que aparecer con una gran parada para evitar el gol de Dembélé.

En los últimos diez minutos llegó, al fin, una buena secuencia de ocasiones atléticas, incluido un remate al palo de Suárez y dos remates muy peligrosos de Dembélé, pero el partido se fue diluyendo entre la ofuscación de impotencia atlética y los constantes parones que provocó un Getafe satisfecho con un punto ante el líder.