Fue Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid entonces, quien en el 2004 empezó a dar vueltas a la posibilidad de un acuerdo con el Atlético de Madrid para que se trasladara a La Peineta. Formalizó su iniciativa en la presentación de la remodelación que se iba llevar a cabo en la instalación central de la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos del 2012.

En el 2006, y cuando el proyecto de un nuevo estadio en el barrio de Campamento parecía muy avanzado, las negociaciones entre el ayuntamiento y el Atlético sobre la venta del Vicente Calderón experimentaron un cambio de rumbo decisivo para que La Peineta se convirtiera en la futura casa rojiblanca. Se empezó a buscar una fórmula para ceder al Atlético la propiedad del estadio que no obstaculizara la carrera olímpica, ya para 2016. El COI exige que el estadio sea de propiedad pública, por lo que no podría ser oficialmente atlético hasta después de los Juegos, pero el club estaría dispuesto a jugar alquilado hasta entonces y pasar a ser el dueño tras unos hipotéticos Juegos si el ayuntamiento era generoso en su compensación.

La decisión del COI de conceder los Juegos de 2016 a Río en octubre del 2009 hizo que los problemas quedasen superados, así como el de la convivencia con la pista de atletismo durante esos años, aunque pervivían dudas en torno a la aceptación social de la nueva instalación. Ya se había firmado el convenio patrimonial, las obras empezarían en el verano del 2009 y estarían acabadas en tres años, por lo que el equipo colchonero estrenaría el estadio en la temporada 2012-13.

Por fin, después de distintas vicisitudes relativas a la recalificación de los terrenos ocupados por el Calderón y la cervecera Mahou, la otra parte implicada, y el cambio de titularidad del suelo donde se ubica el nuevo estadio, el Wanda Metroplitano abrirá sus puertas cinco años más tarde para que el Atlético lo estrene hoy con el Málaga (20.45 horas), abarrotado por los 68.000 espectadores que protagonizarán sus primer lleno, asegurado también para los choques de Liga contra el Sevilla y el Barcelona y el de Champions ante el Chelsea.

Una puesta de largo que había quedado nuevamente en entredicho cuando en noviembre del 2014 el Atlético y el grupo FCC, encargado de la construcción, acordaron un nuevo retraso en la entrega. Finalmente, el pasado 5 de mayo Atlético y ayuntamiento firmaron la escritura de transmisión por 60.297.519 euros, a los que hay que añadir los 310 millones que ha costado finalmente la construcción. El 21 de mayo, el equipo rojiblanco jugaba su último partido en el Calderón, con victoria sobre el Athletic.