Primero fueron las chinas Li Ting y Tian-Tian Su. Después, la rusa Svetlana Kuznetsova. Y finalmente, la moscovita Nadja Petrova. El Ayuntamiento de Zaragoza realizó ayer el enésimo cambio en el cartel del partido de exhibición de tenis que se celebrará el próximo 10 de diciembre, a partir de las 21.00 horas, en el pabellón Príncipe Felipe. Definitivamente, la pareja española compuesta por Conchita Martínez y Virginia Ruano se enfrentará en un duelo amistoso a la extenista suiza Martina Hingis y la ya mencionada Petrova, quien sustituye a Sveta por problemas de agenda. La jugadora rusa, que ocupa la quinta plaza mundial y se entrena en la academia que Emilio Sánchez Vicario y Sergio Casal dirigen en Barcelona, acaba de finalizar su participación en la final de la Copa Federación, donde Rusia venció a Francia.

La excusa inicial del encuentro se asentaba sobre la idea de reeditar la última final olímpica en la que Conchita y Vivi obtuvieron la medalla de plata tras sucumbir ante la pareja china. Sin embargo, desde aquella propuesta hasta el desenlace final las caras y los nombres de las protagonistas han cambiado en exceso, fruto de la revelación precipitada de unas gestiones que se antojaban débiles como luego el desarrollo de los hechos han demostrado. Tras cerrar el concurso de Conchita y Ruano, la siguiente en salir a escena para suplir la ausencia de las chinas fue Kuznetsova, sin compañera en la pista. Más tarde, el cuarteto parecía completarse con Hingis, retirada desde el 2002. Pero la última palabra no estaba dicha y será Petrova la que se exhiba en Zaragoza. La rusa ocupa el puesto 12º en la clasificación WTA. Tiene 22 años y no posee ningún título individual, aunque sí once en dobles --entre ellos, el Masters de este año con su pareja habitual, la estadounidense Meghann Shaughnessy--.

UNA VEZ AL AÑO Después de disfrutar de unos días de descanso tras la disputa de los Juegos Olímpicos, Conchita Martínez se encuentra inmersa en la preparación de la próxima temporada. Sus deseos por jugar un encuentro al año en tierras aragonesas y su ilusión por acercarse a los aficionados de la región donde nació han llevado a la tenista de Monzón a programar tanto esta exhibición como la ofrecida en diciembre del 2002 contra Anna Kournikova. En el fondo de su interés se encuentra la intención de que estos eventos tenísticos abran la puerta a la posible organización de un torneo femenino en Zaragoza que goce de periodicidad fija y en el que compitan de 6 a 8 jugadoras en un mismo cuadro, para ampliar la oferta y no ceñir el espectáculo a un sólo partido, si bien el proyecto, aunque interesante, es aún una utopía.