Gareth Bale heredó el papel de líder abandonado por Cristiano Ronaldo y asumió el reto de ser el nuevo referente de un Real Madrid que derrotó con comodidad al Getafe (2-0), sin grandes exigencias, con tantos de Dani Carvajal y el galés, levantándose del varapalo de la Supercopa de Europa.

El galés, enchufado, crea peligro por donde aparezca. A pierna cambiada, en la derecha, busca salida para el disparo de zurda, por el centro engancha remates... Uno lo repelió el travesaño y en su zona natural, la banda izquierda, creó la jugada del primer gol. Su centro lo despejó con el puño David Soria con la mala fortuna de que le cayó a Carvajal, que solo tuvo que poner la cabeza para, suave y picado, abrir el marcador a los 20 minutos.

En la segunda mitad, y tras una acción en la que tuvo que intervenir el VAR para anular un penalti pitado sobre Sergio Ramos, no tardó en sentenciar el duelo el equipo blanco. A los seis minutos de la reanudación apareció Asensio por el costado izquierdo y de su precisión en el centro nació el zurdazo ajustado de Bale. El líder respondía con goles.

El planteamiento de Bordalás ya no tenía validez. Debía arriesgar y fue metiendo su arsenal ofensivo en el campo, aumentando los riesgos de salir goleado al aumentar los espacios atrás. Mata y Ángel entraron en escena, pero Keylor apenas recibió un disparo a puerta en el último suspiro. Mientras, Asensio desequilibraba y Marcelo se descolgaba en ataque con gestos de fantasía.

La madera frenaba nuevamente a los de Lopetegui. El disparo con potencia de Asensio no encontraba el premio del gol. Ningún fichaje madridista debutó. A Courtois se le sumó Vinicius, que ni calentó. Casemiro saltó al campo para evitar despistes, Modric para ganar ritmo y Lucas Vázquez en última instancia. De momento los galones son intocables para el nuevo técnico.