Las imágenes se hicieron virales en una noche de desgracia del Sevilla en Budapest. El llanto desconsolado de Youssef En-Nesyri era el fiel reflejo del desenlace de un partido que pudo ser histórico para el club andaluz el pasado 24 de septiembre. El equipo de Julen Lopetegui estuvo a punto de tumbar al poderoso Bayern en la Supercopa de Europa. El delantero magrebí, de 23 años, se quedó solito ante Neuer en el minuto 87.Tenía la gloria muy cerca pero no supo definir.

Cuatro meses después, aquellas lágrimas se han transformado en un carrusel de sonrisas. Los mismos compañeros que consolaron al punta nada más concluir el choque contra el gigante alemán disfrutan con los goles del magrebí que han llevado al Sevilla la zona de Champions, solo por detrás del Atlético, Madrid y Barça. En-Nesyri aglutina récords y es el hombre de moda de la Liga.

Sin penaltis

En 15 días firmó dos hat-tricks en el Pizjuán ante la Real Sociedad y el Cádiz y ya lleva 12 tantos, los mismos que Luis Suárez. Es el mejor cabeceador del torneo (cuatro goles) y suma un mérito extra, ya que no tira los penaltis. Es Ocampos el encargado de hacerlo. Suárez ha transformado una pena máxima y Messi, el tercero en la lista, incluye dos penaltis en sus 11 tantos.

Con 12 de los 26 goles de su equipo en la Liga (el 46,15%), En-Nesyri supera a Lewandowski (44,9%) como futbolista más determinante de todos los clubs de la cinco grandes ligas europeas. Además, lleva cuatro tantos en la Champions, por lo que en cifras globales rebasa también a cualquier artillero de los equipos españoles. Benzema (15) y Messi (14) le siguen. Suárez no se ha estrenado aún en Europa.

La visión de Monchi

En Sevilla alucinan con su pichichi. Con sus dos triples consecutivos en casa, En-Nesyri se convirtió en el tercer jugador en toda la historia del club en firmar una gesta así. De los anteriores precedentes han pasado ocho décadas: Campanal lo consiguió en 1940 y Berrocal, en 1943. El Sevilla, además, solo ha aportado un pichichi en el álbum de la Liga: Juan Arza, autor de 28 tantos en la temporada 1955-55.

Esta vorágine de datos sorprenden en un futbolista que nunca se caracterizó por su eficacia en el remate. Es cierto que aún es joven y se esperaba un destape tarde o temprano. Esa era la idea de Monchi cuando se lanzó a por él hace 13 meses. En enero de 2020 el Sevilla pagó los 20 millones de su cláusula al Leganés, club en el que compartía ataque con Braithwaite, que se marchó un mes después al Barça.

El club azulgrana se gastó 18 millones en el danés y Javier Aguirre se quedó sin delanteros en un curso que acabó con el descenso del cuadro madrileño. Puestos a elegir, parece evidente que acertó el Sevilla. El West Ham ofrece ahora 30 millones por el punta marroquí, que tiene contrato hasta 2025. Aunque sus inicios fueron complicados, su constancia ha acabado convenciendo a Lopetegui.

Recuerdos de la infancia

En-Nesyri ya ha superado la decena de goles en una temporada por primera vez en su carrera. El curso pasado marcó 8 entre el Leganés y el Sevilla, uno menos que la anterior campaña en el club de Butarque. En Málaga logró cuatro en la 2017-18. El punta se encuentra en su mejor momento y no quiere cambiar de destino. "Me quedo en el Sevilla. No voy a ningún lado, quiero acabar la temporada aquí. Es un gran club y deseo seguir en él", aseguró tras su exhibición contra el Cádiz.

Nacido en Fez, se marchó a Rabat con 12 años para formarse en la academia Mohammed VI. "Allí jugaba, estudiaba y vivía. Es duro si no tienes la cabeza preparada. Echas mucho de menos a tus padres", recuerda el delantero, que también probó suerte en Inglaterra. «Me fui a Chelsea, en Londres. Solo estuve tres semanas. Volví a Marruecos. No aguantaba más". En un torneo de juveniles con la academia sorprendió a los ojeadores del Málaga y así se produjo su deseado salto a España.

Bono, su "hermano"

En-Nesyri disputó el Mundial de Rusia con la selección de Marruecos, donde también coincide con Bono, el meta del Sevilla que ha sido clave en sus progresos. "Nos conocemos desde los 4 años. Siempre me ha ayudado diciéndome lo que tenía que hacer y lo que no. Lo quiero como a un hermano".

Entre sus hábitos, destaca una modificación que ha tenido efectos positivos. "Antes hacía siestas de tres o cuatro horas y no dormía por las noches, ahora me voy a dormir temprano. Me va mejor". La prueba irrefutable está sobre el césped, donde colecciona goles y triunfos. En los dos últimos duelos en el Pizjuán selló dos hat-tricks y se llevó el balón a casa.