El Balsas continúa con lo que ya es una preocupante incapacidad de lograr goles. Sólo ha logrado tres en ocho jornadas disputadas, lo que le da una triste media de un gol cada 240 minutos, e indica que necesitan casi tres partidos para marcar. Y si no se lograr marcar, como mucho se puede conseguir un punto, lo que dado las circunstancias, no vale mucho. Además, si encima encajas un tanto, que por muy buena defensa que tengas siempre encajas alguno, pierdes sin remedio. Y eso que el Balsas no se puede quejar de defensa, ya que tiene una de las mejores del campeonato, pero claro, si no marcas goles no vale de mucho.

En la primera parte ni el Balsas ni el Alavés hicieron nada digno de mención en tareas ofensivas, se peleó mucho en el centro del campo y se llegó en pocas ocasiones a las áreas, sin que se registrara ninguna digna de mención.

Tras la reanudación, todo transcurría por los mismos derroteros, hasta que en un saque de esquina a favor de los visitantes se produjo en único despiste defensivo de los locales, al quedarse solo en el segundo palo Briss, que tan sólo tuvo que empujar con la cabeza el balón al fondo de la red. De ahí al final, los locales jugaron con más corazón que cabeza, presionando y buscando al menos el tanto del empate, pero, de momento, los del Balsas ni estando once solos contra uno parecen encontrar la manera de introducir el esférico en la portería rival.