No son Pep Guardiola ni Jose Mourinho ni Jürgen Klopp y, sin embargo, están muy cerca de conseguir algo que difícilmente van a poder conquistar esas grandes estrellas mundiales de los banquillos: la Copa del Mundo. El Mundial afronta su última semana con cuatro entrenadores que han sabido imponer su estilo y administrar sus fuerzas mucho mejor que aquellos que dirigían viejas potencias como Alemania, Brasil, España o Argentina. Son el francés Didier Deschamps, el español Roberto Martínez (que dirigiendo a Bélgica aspira a convertirse en el primer técnico extranjero en coronarse rey del mundo), el inglés Gareth Southgate y el bosnio-croata Zlatko Dalic. Cuatro técnicos de una misma generación; cuatro maneras diferentes de entender el fútbol.

«Debemos ser ambiciosos. Yo lo soy, esa es mi personalidad. Lo era de jugador y no voy a cambiar ahora». Así se presenta Didier Deschamps, de 49 años, campeón del mundo en 1998. El entrenador, nacido en Bayona, tiene contrato hasta la Eurocopa-2020 y acaba de ser refrendado por el presidente de la federación francesa, Noël Le Graet. Admirado por Emmanuel Macron («Didier es un auténtico líder», ha declarado), Deschamps dirige la selección con plena autonomía, lo que le ha permitido dejar fuera de la convocatoria al madridista Karim Benzema para dar ejemplo a los demás. Los resultados han avalado su apuesta, pero, claro, tener en el equipo una columna vertebral como la que forman Lloris, Pogba, Griezmann y Mbappé lo hace todo más fácil.

Después de no triunfar en el fútbol español, Roberto Martínez, nacido en Balaguer hace 44 años, aceptó la aventura inglesa en el Wigan en compañía de sus amigos Jesús Seba e Isidro Díaz. De ahí saltó al Everton, aprovechando el fichaje de David Moyes por el United para sustituir a Ferguson. En Goodison Park hizo una carrera brillante. Desde agosto del 2016 está con Bélgica, donde le acompañan dos auténticos maestros: Thierry Henry, que mañana se enfrentará a su país, y el vasco Iñaki Bergara, uno de los grandes entrenadores de porteros.

Solo ha habido hasta la fecha dos seleccionadores extranjeros que alcanzasen la final, y ninguno la ganó. El inglés George Raynor con Suecia en el Mundial de 1958 (perdió ante Brasil 5-2) y el austriaco Ernst Happel con Holanda la final en Argentina-78 (perdió ante la albiceleste 3-1). Martínez tiene el reto de ser el primero en conquistar la Copa, y cuenta para ello con lo que él llama «una generación prodigiosa».

«No somos un producto acabado», explica el británico Gareth Southgate (47 años) de su dura, organizada y joven selección inglesa. «Sabemos que seremos mejores en los próximos años, pero no pensamos desaprovechar la ocasión que se nos presenta». Este exdefensa de corto palmarés, que jugó en el Crystal Palace, el Aston Villa y el Middlesbrough, donde se estrenó como técnico, ha devuelto a los inventores del fútbol a una semifinal, fase que no visitaban desde hace 28 años. También ha conseguido que su chaleco se ponga tan de moda que se ha agotado ya dos veces en los almacenes Marks & Spencer (a 73 euros la pieza).

Luca Modric e Ivan Rakitic son las claves de esa ingeniosa y disciplinada selección croata que ha armado Zlatko Dalic, de 51 años, el hombre elegido por Davor Suker, presidente de la federación, para enderezar la nave croata en un momento delicadísimo de la fase de clasificación para Rusia-2018. El gran acierto de Dalic ha sido liberar a las dos estrellas del Real Madrid y el Barça del corsé del anterior seleccionador, Ante Cacic.

Dicen que Dalic es dialogante, que confía mucho en sus futbolistas y que, incluso, debate con ellos muchas de sus decisiones. «Ahora que hemos llegado hasta aquí, sería una pena no alcanzar la final. Tenemos a todo un país detrás, a miles y miles de compatriotas pendientes, estaría bien no fallarles», comentó tras los cuartos.