El Barcelona presentó ayer su candidatura al título con su triunfo inteligente ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, en un clásico emocionante y que se decantó para el club azulgrana justo en el momento en que Figo fue expulsado en el minuto 68. Hasta que el portugués se marchó al vestuario, mandó el Real Madrid. Y sin él, con un rival mermado físicamente, el equipo de Frank Rijkaard se vino arriba con Ronaldinho liberado, jugando a sus anchas de enganche y buscando la verticalidad de Kluivert. No hubo noticias del astro brasileño en casi todo el encuentro. Y como por arte de magia, fue irse Figo, y aparecer Ronaldinho en el horizonte blaugrana, decisivo en el último tramo.

El clásico no defraudó a nadie. El Real Madrid, como ya hiciera la semana pasada ante el Atlético, tiró de casta y de un gasto de energía descomunal. Los últimos diez minutos del primer tramo fueron lo mejor del Real Madrid, con un desgaste acompañado de un buen puñado de ocasiones de gol. Un paradón de Víctor Valdés a Raúl, sacando a bocajarro un balón de gol claro, un posterior pelotazo de Roberto Carlos que sacó Puyol con el rostro en la línea de gol, y un gol fantasma de Figo, que acabó sacando Valdés con una mano prodigiosa, pudieron dar al Madrid oxígeno antes del descanso.

LA SOLEDAD DEL ASTRO El Barcelona comenzó bien. Manejando el control del balón, pero sin pegada arriba. Y es que Ronaldinho, el tipo más esperado en el Bernabéu anduvo desaparecido, abandonado en la izquierda. Aun así, pudo rematar sin suerte para él un balón de cabeza a los 18 minutos. Cambiasso fue un auténtico fuelle que intimidó a Cocu, a Xavi y que dejó a Davids pelear con Beckham, en un duelo de gran calado futbolístico. Antes de llegar al último cuarto de hora previo al descanso, Ronaldinho, a los 28 minutos, pegó un latigazo fallido a Iker.

El segundo tiempo comenzó también con el Madrid agobiando. Con Víctor Valdés enorme, sacando ya a los 48 minutos un misil de Roberto Carlos. Y a los 53 un balón increíble a Zidane en el uno contra uno. Parecía que era un muro infranqueable, cuando Solari llevó el marcador la ventaja que merecía el Real Madrid. Frank Rijkaard reaccionó de inmediato y sacó a Luis Enrique. Casualidad o no, de inmediato, el Barcelona marcó el empate tras una contra que culminó Kluivert.

LA CLAVE A los 68 minutos se produjo una acción clave. Figo fue expulsado por doble amarilla por una entrada a Puyol. Era la segunda cartulina por una dura entrada al jugador azulgrana. A raíz de ese instante cambió el guión. No le sobra físico al Madrid para encima jugar con diez por segunda jornada consecutiva. Le había pasado en el Calderón y repitió contra el Bar§a.

Y Ronaldinho resucitó. Jugó el brasileño a placer, como él sabe, sólo veinte minutos. Cuando dejó la banda y se echó al centro a distribuir balones al hueco hacia Kluivert, Ronaldinho hizo mucho daño. El holandés hizo el daño que Saviola no pudo hacer y cuajó un grandísimo encuentro. Los últimos minutos fueron de ida y vuelta. Con mejor suerte para el Barcelona que se encontró con un tanto de Xavi, que deja abierta la Liga y con el Barcelona en condiciones de afrontar el meritorio reto de aspirar a un título que hace dos meses parecía imposible.