Joan Laporta no olvidará fácilmente su primera Liga como presidente del Barcelona. Se la dio ayer el equipo de Svetislav Pesic en un partido cargado de tensión en las gradas y en la cancha y que hizo vibrar y sufrir como nunca a las 8.000 personas que se volcaron ayer con su equipo en el Palau (69-64), gente como Alex Corretja, Sarunas Jasikevicius y Pau Gasol, que se dejaron de formalidades en el palco, y acabaron puestos en pie, celebrando cada una de las canastas de los barcelonistas.

Ganó el Bar§a, que retuvo el título que consiguió el año pasado, y extendió su reinado en la Liga ACB --que domina con 11 victorias en las 21 ediciones disputadas--, pero el Estudiantes le obligó a que sudara sangre por su victoria, a que los jugadores azulgranas se vaciaran, como pocas veces lo han hecho, y se dejaran la piel en la cancha.

El Bar§a necesitó ayer bajar al fango, arremangarse en defensa y que jugadores de carácter como Rodrigo de la Fuente y Roberto Dueñas aparecieran en los momentos importantes para dar consistencia al equipo. Suyo fue más que nunca el protagonismo del triunfo, aunque a nivel de márketing el título de mejor jugador fuera para Dejan Bodiroga.

No estuvo exento el desempate del play-off final de la épica que engrandece las citas importantes. El equipo de Pesic venció el partido sin una aportación decisiva de sus grandes estrellas. Juan Carlos Navarro sufrió un esguince en el tobillo izquierdo durante la primera parte, y tuvo que ser infiltrado para jugar la segunda. Dejan Bodiroga y Gregor Fucka estuvieron por debajo de su nivel habitual, lejos de su mejor momento físico, y sin el carácter decisivo que se les supone.

Tuvo un perfil incluso agónico el triunfo del Bar§a porque sus jugadores desperdiciaron 16 tiros libres, perdieron la batalla por el rebote (42 de los estudiantiles por 36) y el Estudiantes consiguió llegar a los últimos 30 segundos con opciones de forzar la prórroga (63-60), cuando ya Dueñas y Fucka estaban eliminados.

Resultó un espectáculo apasionante el que ofrecieron Bar§a y Estudiantes, estirando hasta los últimos segundos la emoción del desenlace. El equipo de Pepu Hernández, soberbio durante toda la serie, nunca tiró la toalla. Mantuvo la misma intensidad, la misma convicción en sus fuerzas, de principio a fin, y el premio a su esfuerzo fue enjugar los 14 puntos de ventaja que atesoraron los barcelonistas en la primera parte (23-9) y llegar a igualar el partido por dos veces, con dos triples de Brewer y Patterson (46-46) que recargaron la confianza de los estudiantiles. El Bar§a, eso sí, tuvo la entereza que se le supone a un equipo campeón en los momentos determinantes. Recuperó el carácter ganador y consiguió el título al final.