Lo que debió ser el inicio de todo ha terminado siendo, tras el ruido generado en las últimas semanas, el camino a tomar, como era normal. Todo parecía indicar que Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, había decidido que se iba a jugar un partido de Liga en EEUU. Y decidió poner el asunto en marcha sin consultar con todas las partes. Provocó el ruido y, ahora, ha empezado a negociar al saber que tanto la Federación Española de Fútbol, amparándose en la UEFA y la FIFA, que casi lo prohibe, como la Asociación de Futbolistas (AFE), están en contra de ese proyecto.

Ahora se ha sabido que los presidentes del Barça, Josep Maria Bartomeu, y del Girona, Delfi Geli, acaban de firmar y enviar una carta, junto a la rúbrica de Javier Tebas, para pedir formalmente a la Federación Española permiso para poder jugar a finales del próximo mes de enero (probablemente el día 26), el Girona-Barça en el Hard Rock Stadium, de Miami.

Según ha informado la Liga, uno de los aspectos que se ha detallado en el escrito es el sistema de compensación para los aficionados locales, que tenían este partido dentro de su abono anual. Aficiones Unidas (AFEPE), que aglutina a las federaciones de peñas, ha dado el visto bueno a este plan de compensación.

En el comunicado emitido ayer por la mañana, los clubs y la Liga también explicaron que trabajarán de la mano de las principales instituciones españolas, así como otras federaciones y entidades deportivas, para fomentar el fútbol español y sus valores como vehículo de promoción de la Marca España.

Todo parece indicar que por este camino sí se va a conseguir, por fin, autorización para que se celebre ese partido en Miami. Por otro lado, no tendría demasiado sentido que la Federación Española, que se llevó la final de la Supercopa a Tánger, vaya a negarse ahora que la Liga haga lo propio con un encuentro del campeonato regular.