Con Messi, Neymar y Suárez fue suficiente. El Barcelona se aferró a su tridente mágico para derrotar al París Saint-Germain (3-1) y acabar líder de su grupo, lo que le permitirá disputar en casa el partido de vuelta de los octavos de final, como era su deseo. Objetivo cumplido y punto. En un partido gris, discreto y aburrido de los azulgranas, lo mejor fue el resultado, conseguido gracias a la calidad de sus tres tenores, que marcaron por primera vez en el mismo encuentro.

Con Alves sancionado y Montoya y Douglas de nuevo en la grada, Luis Enrique resolvió el entuerto del lateral derecho con una alineación revolucionaría formada por tres centrales, con Mascherano y Sergio Busquets juntos en el centro del campo y Pedro de carrilero.

Al once volvía Iniesta, pero de él desaparecieron Xavi y Rakitic, quien se ha convertido en carne de banquillo cada vez que llega un partido grande. Con este sorprendente dibujo, el Barça acorraló al PSG los diez primeros minutos. Aunque solo se acercaría con peligro a la meta de Sirigu con una falta que Messi lanzó por encima del travesaño.

Eso fue todo. Luego llegarían los desajustes en el nuevo sistema azulgrana, la confusión, la falta de ideas y el tedio. El primer error claro de los locales llegó al cuarto de hora, cuando Lucas Moura centró desde la derecha, Matuidi la aguantó de espaldas y se la dio a Ibrahimovic, que fusiló a Ter Stegen dentro del área (0-1).

No hubo tiempo para que el Barcelona le entraran más dudas con el primer gol del sueco en el Camp Nou. Messi se encargaría de ello cuatro minutos después, al rematar a la red un pelotazo de Mascherano descolgado por Luis Suárez desde la derecha.

El Barça, con Busquets e Iniesta desaparecidos en la creación, sufrió para controlar el partido. Hasta que apareció Neymar cuatro minutos antes de llegar al descanso. El brasileño agarró un balón desde la izquierda y trazó un eslalon hacia la portería rival antes de ajustar el esférico, con un tiro lejanos y seco, al palo izquierdo (2-1). El golazo de Neymar no mejoró la situación tras la reanudación.

Lucas Moura, Cavani y Matuidi tuvieron una triple ocasión que abortaron entre Bartra y Ter Stegen. Y el Barça empezó a darse cuenta de que quizá era mejor especular con el resultado que ir a un intercambio de golpe de final incierto. Blanc sacó a Verratti y Matiudi y dio entrada a Pastore y Lavezzi buscando más variantes en ataque. Quizá reaccionó demasiado tarde.

Luis Enrique metió a Rakitic y Xavi por Pedro e Iniesta para regresar al 4-4-2 y recuperar el control del centro del campo. Nadar y guardar la ropa. Y lo consiguió. Xavi le dio algo de pausa al juego y de sus botas arrancó el 3-1, que remató Luis Suárez disfrazado de auténtico nueve al cazar un despeje de Sirigu a tiro de Neymar. Faltaban trece minutos y el marcador ya no se movió.